José María Barbano.- El Vía Crucis presidido por Francisco en la plaza desierta es otra foto más de la pandemia que se adueñó del mundo. Quizá este año, en vez de evocar en el Coliseo el dolor de los mártires romanos, Cristo haya decidido salir a compartir el dolor humano de hoy.
1 LAS MUJERES. Justo al inicio de la Vía Apia se encontró con las mujeres que volvían de enterrar a sus ancianos. “No lloren por estas víctimas de un virus pequeño y transitorio – les dijo – Lloren más bien por los que ya morían y seguirán muriendo después por las injusticias de los poderosos que siempre encuentran dónde atacar”
2 LA CARAVANA. No estaba lejos el mar. Allí estaban con su cruz soportada durante años en tierra. Ahora en el mar inseguro, niños, madres, ancianos, buscando la hora de la resurrección. Pero sólo navegan hacia el calvario.
3 MIRABAN DE LEJOS. Desde la tele, de vez en cuando se ve las marchas de pobladores desplazados en busca de un sueño en un paraíso cerrado por un muro. Los miramos desde lejos, a pesar de que son vecinos latinoamericanos. De vez en cuando, algún Cireneo les da una mano para que sigan andando. No hay descanso en el camino.
4 EL HOSPITAL. Atestado, sin recursos, profesionales dejando la salud y la vida, colas de pacientes y camas llenas de soledad. Allí la toalla de Verónica puede grabar el verdadero rostro Jesús.
5 LAS CAÍDAS. No hay que buscar demasiado. Los conflictos entre confesiones religiosas o por dogmas y normas dentro de cada religión, están hiriendo el corazón de Dios que se reveló para la unidad y la paz de sus hijos.
6 LA CORONA DE ESPINAS. Yemen. Irak. Siria. Sudán del Sur. Etiopía. Somalia. Afganistán. Decenas de guerras y matanzas de hermanos dentro de las propias fronteras.
7 HIEL Y VINAGRE. Minería, oro, litio, cianuro, plásticos y residuos… El agua, fuente de la vida, va perdiendo su propia esencia. El incendio intencional de los bosques nos va mermando nuestra capacidad de respirar.
8 SORTEARON SUS VESTIDURAS. Los gigantescos negocios en torno a los alimentos engordan los intereses de los que se quedan con las ganancias que provoca el hambre de los pobres.
9 EL JUICIO. “Soy inocente de la sangre de este justo” es el slogan que justifica los intereses de sectores, la inoperancia de los jueces, la cruz y los clavos repartidos entre los que ya sufrieron el castigo de los azotes.
10 SEPULTURA. La enterraremos con un sudario puro, recordando lo magnífico que fue la naturaleza que vivió durante milenios. Necesita descansar tres días. Tiene fuerza suficiente para resucitar por su propia virtud.
11 EL ANUNCIO. En el obelisco de la Plaza de San Pedro quedó el cartelito que dice: “Enseguida vuelvo”.
Pero todos comprenderán si la demora se extiende todavía un poco…