Una multitud recorrió las calles de la ciudad de Santa Fe para recordar los 13 años de las inundaciones que se llevaron 158 vidas y dejaron como saldo más de una década de impunidad.
Por Sofia Albertí (CTA-A de Santa Fe)
Un nene salta usando a modo de rayuela las letras de la bandera. En el frío anochecer santafesino, sus pies pivotean en el mensaje: “la lucha sigue”. Es el trapo pintado por Arte por Libertad que preside ni más ni menos que el escenario al que se dirige la multitudinaria movilización que se da cada año en Santa Fe: la de los inundados e inundadas que siguen reclamando justicia.
Trece años pasaron de aquellas fatídicas jornadas del 2003, que se llevaron la vida de 158 personas. Hoy se mantiene la impunidad, que le garantiza tranquilidad a los inundadores de ayer y de hoy. Pero, un incansable grito marchó en voces de miles desde la Plaza del Soldado hacia Plaza 25 de Mayo, donde frente a la sede de Gobernación una multitud exigió justicia.
“La herida abierta del 2003 se vuelve a abrir repetidas veces. Esta expresión de marchar e ir a la plaza es genuina del pueblo santafesino y muestra la necesidad de participar en la resolución de los problemas que tenemos. La lucha continúa, no aflojamos en estos 13 años, entonces por más que nos hemos sobrepuesto al dolor, lo importante es que haya obras para que no tenga que repetirse esto”, aseguró Jorge Castro, integrante del Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos y querellante en la causa que sigue investigando (y dilatando la resolución sobre) las responsabilidades del desastre.
El contexto de este aniversario, no es menor. Miles de evacuados en el litoral dan cuenta de los efectos del desmonte, la siembra directa de soja, la impermeabilización del suelo, en síntesis del modelo productivo que da mucha plata a unos pocos y sufrimiento a las mayorías. “Es una situación muy dolorosa porque otra vez la inundación llega a los barrios, la gente sufre, no puede salir a trabajar. La emergencia agropecuaria fue dictada por el gobierno provincial. Se van a pagar vacas, pero no a la gente, a estos trabajadores que no pueden ir a buscar el sostén de su familia. Nos seguimos inundando y nos siguen echando la culpa al río, a las lluvias, al cambio climático, a nosotros por ir a vivir a lugares que dicen que son inconvenientes”, se quejó Claudia Albornoz, de la Carpa Negra.
Marcos Perusini, Secretario General de la CTA-A Santa Fe, consideró que la situación con los nuevos inundados de los últimos meses demuestra “lo que se está haciendo en el norte de la provincia con la siembra directa, hace que el agua baje hacia Santa Fe, se generen estos caos en los cuales mucha gente queda anegada y tiene que vivir en módulos”. Aseguró que la ciudad crece “hacia el norte y el este de manera irregular, sin presencia de los municipios para hacer las obras necesarias. Hoy en muchos barrios, si bien pusieron estaciones de bombeo, están en los lugares donde no llega el agua”. El dirigente consideró que “500 viviendas sociales pueden evitar que estas familias sigan viviendo en módulos”.
La ciudad capital de la provincia es la clara muestra, también, de cómo la obra pública salva vidas. “Si la defensa no estuviera terminada hoy se hubiera terminado inundando otra vez Santa Fe por la altura del Salado. Pero si la obra pública se hace, funciona”, aseguró Albornoz. Además, contó con bronca que una populosa barriada santafesina afectada por inundaciones “se encontró con restos humanos porque le tiraron tierra del cementerio. Nos tratan como ciudadanos de quinta y no lo vamos a permitir”.
Perpetuación de la injusticia
Uno de los ejes nodales del reclamo es el mismo hace 13 años: obra pública. La intervención del Estado con infraestructura para dar viviendas dignas, planificar las ciudades y permitirle a la población ir a dormir sin el temor que el río se lo lleve todo, sigue siendo un doloroso reclamo. No se puede entender lo que pasa hoy sin pensar en el manto de impunidad que recubre los responsables de las inundaciones del 2003. La Corte Suprema de Justicia de la Provincia adicta, cuya destitución se sigue exigiendo, es su vigía.
Aun no se termina de resolver el procesamiento por estrago culposo agravado del ex intendente de la ciudad de Santa Fe, Marcelo Alvarez, del ex director de Hidráulica de la provincia, Ricardo Fratti y del ex ministro de Obras Públicas de la segunda gobernación de Carlos Reutemann, Edgardo Berli. La resolución abriría paso para juzgar al responsable mayor que nunca dio explicaciones por lo sucedido bajo su gobernación: el actual Senador Nacional (ergo, con fueros) Reutemann.
“Sabemos que la justicia santafesina traba la resolución. El Presidente de la Corte, Rafael Gutiérrez, es el primo de Carlos Alberto Reutemann y a él responde. Los magistrados de la Corte cobran sueldos escandalosos, 160mil pesos por mes y no les debitan ganancias, son una vergüenza para el pueblo santafesino. La impunidad mata y enferma, queremos la destitución de la corte”, aseguró Albornoz.
“La causa judicial fue una antorcha en la larga noche de la justicia santafesina. Pasa el tiempo y se mueren muchos inundados, la sensación de justicia se aleja porque la justicia lenta, no es justicia”, consideró Castro.
Presente en la marcha, el Secretario General de la CTA Autónoma de la Provincia de Santa Fe, Gustavo Martínez, consideró que “para entender lo que pasó, pasa y va a pasar en nuestra provincia y región es fundamental que se tenga en claro qué paso en algunos momentos vinculados a resonantes causas judiciales. Todas terminaron con impunidad: el robo a los Tribunales de Rosario, la causa por la privatización del Banco Provincial, la de la masacre de diciembre 2001, la generada por las inundaciones y las denuncias y pedidos de informe sobre el accionar de Hidrovia S.A (concesionaria de la Hidrovía), los puertos y las fuerzas de seguridad”. En todas ellas, asegura Martínez, hay nombres que se repiten. Uno de ellos es Reutemann.
“Afortunadamente es un orgullo saber que con los compañeros que impulsaron estos 13 años la causa por las inundaciones, contra la impunidad y por obras, también nos encontramos en todas las otras peleas. Y como nosotros, tienen claro que si Santa Fe y la región están castigadas y afectadas por inundaciones, pobreza, miseria, trata, violencia social, los responsables son los mismos que los de las causas emblemáticas que mencioné antes”, aseguró el dirigente de la CTA-A Provincia.
Albornoz subrayó que “como pudimos, volvimos a traer la dignidad y el grito de justicia”. Contó que parte de la política de los inundados e inundadas es haber tejido durante la última década lazos con familiares y víctimas de tragedias evitables de Argentina. Así se han visto en charlas y encuentros con los inundados de La Plata, Entre Rios, padres de pibes fallecidos en Cromagnón, la tragedia en la estación de Once, familiares de los y las asesinadas (en Santa Fe también bajo gobernación de Reutemann) en 2001, entre otros.
“La articulación es lo más importantes, para hermanar el dolor y seguir adelante. Ellos quieren sellar impunidad nosotros no lo vamos a permitir”, adelantó la integrante de la Carpa Negra que otra vez se instaló frente a Gobernación. La militante se mostró emocionada por la fuerte presencia de jóvenes “que nos muestran que vamos por el buen camino”.