Tienen un rol político clave por las ganancias que obtienen del comercio exterior. Disputan permanente con el Estado por la apropiación de esa renta. Se valen de la especulación y generan escasez de divisas en la economía. Breve historia y mapa actual de esta estructura social agraria.
Por Redacción Malas Palabras
Foto: Emiliano Viana
Un informe del Instituto de Estudios y Formación (IEF) de la CTA Autónoma consigna la inmensa atomización del agronegocio: sólo 15 pooles de siembra acumulan 1,6 millones de hectáreas, con un promedio de 100 mil hectáreas cada uno.
Según el último Censo Agropecuario que se realizó en 2018, la superficie cultivable en nuestro país es de 30 millones de hectáreas. Dentro de ese territorio, son casi 100 los grupos que se dedican al agronegocio y siembran tanto sobre campos propios como arrendados.
Los llamados “pools” o “pooles”, son estructuras comerciales y productivas que surgen normalmente de una asociación entre un estudio agronómico y una sociedad financiera.
Estos “pooles” se caracterizan por tener una figura jurídica formal: sociedades regulares, sociedades de hecho, uniones transitorias de empresas y, en los casos de mayor escala, fondos comunes de inversión y fideicomisos, indicó el documento del IEF.
RELACIONES TIRANTES
El actual contexto de alta inflación, escasez de divisas y concentración económica vuelve a tensar la relación entre el gobierno y los pooles de siembra por la distribución de la renta. Desde el esquema de retenciones de 2008 al “dólar soja”de hoy, los gobiernos de los últimos años intentaron ponerle un coto o bien favorecer al sector para facilitar la comercialización. Pero no es tarea fácil.
El mundo requiere (más que nunca) los productos de Argentina, pero esa realidad no contribuye directamente a mejorar las reservas de un Estado que necesita liquidez para hacer frente a las múltiples demandas. El objetivo de gestionar la política agropecuaria exige, antes que nada, clarificar los tantos en cuanto a quiénes son y cuáles son los manejos de estos actores.
En el proceso de concentración de tierras y rentas y la aparición de los “pooles de siembra” alteró drásticamente categorías tales como “campo” y “productor”. Todavía se sigue hablando -desde el 2008 para acá”- del campo como un actor “natural” y diverso, cuando la actual composición del sector dista mucho de esa descripción.
HISTORIA SOCIAL AGRARIA
El agronegocio se gestó en el sur del continente americano durante la década del ’90, pero se consolidó a medida que avanzaron las políticas neoliberales en la región. Este modelo de organización social y productiva tiene como base de sustentación la tecnología, el capital financiero y una profunda reforma en la producción, con la que logró integrar diferentes cadenas de valor.
En Argentina, si bien la estructura productiva comenzó a reorganizarse durante la dictadura cívico militar, el proceso se aceleró drásticamente durante la década menemista. En los ‘90 se desmanteló el sector industrial mediante la profundización de políticas de importación indiscriminada, sobre la base de un discurso favorable al fortalecimiento de exportación de commodities; se desreguló el sector agropecuario y, a partir de 1996, se les dio permiso a las empresas para la utilización de herbicidas modificados genéticamente, lo que le dio un impulso enorme a la producción agraria y, en particular, al cultivo de soja.
Así, las mayores transformaciones del sector agrario fueron llevadas a cabo por las grandes sociedades. Son los denominados “pooles” de siembra que, según el economista Osvaldo Barsky y la investigadora Mabel Dávila, para el año 2008 ya manejaban 1,3 millones de hectáreas y facturaban 1.000 millones de dólares. El año del intento de las retenciones móviles.
El IEF señaló que “estos grupos se caracterizan por tener proyectos de explotación a largo plazo, vincular el agronegocio con los grandes magnates financieros; el aumento en la escala productiva con tierras propias y otras en arriendo; y un estricto control y administración a través del uso de la tecnología”.
Los llamados “pools” o “pooles son estructuras comerciales y productivas de tamaños muy diferentes, y suelen explotar superficies de entre 1.000 y 50.000 hectáreas, superado incluso las 100 mil hectáreas. Siempre están constituidos bajo una forma legal (fondo de inversión) y surgen normalmente de una asociación entre un estudio agronómico y una sociedad financiera.
Las sociedades financieras fueron atrayendo a los inversores tradicionales (privados o institucionales) para integrarlos en fondos de inversión con el objeto de desarrollar proyectos agrícolas.
Esta nueva estructura social agraria conformó la base del agronegocio actual que, gracias a las ventajas productivas de este cultivo y las fluctuaciones favorables de su precio en el mercado mundial, hoy tiene como principal producto de exportación la soja transgénica.
Como resultado, toda esta serie de cambios impulsó la progresiva “sojización” del suelo, con un 55 por ciento del área cultivable ocupada por este producto, según estimaciones del INTA en 2015. Esa cifra se explica por los enormes beneficios que conlleva la producción de soja gracias al salto tecnológico y los nuevos métodos de siembra directa, lo que implica menos mano de obra y mayor extensión de tierras en cultivo.
Si bien las empresas líderes argumentan que el negocio se lleva a cabo en un marco de estricto cuidado del medio ambiente y de las personas involucradas, esas promesas son contradictorias ante las incontrastables constataciones del daño que los agrotóxicos generan sobre la salud humana.
Las cuantiosas ganancias en dólares que este sector obtiene del comercio exterior lo pone en disputa permanente con el Estado en la pelea por la apropiación de esa renta extraordinaria, que tuvo como uno de sus puntos más álgidos el ya mencionado conflicto por las retenciones de 2008.

LOS 15 POOLES DE SIEMBRA MÁS IMPORTANTES DE ARGENTINA
- Vireyes Agropecuaria
Fundada en 1995 explota 50 mil hectáreas y la lidera Carlos Reyes Terrabusi, ex propietario de la reconocida marca de galletitas que lleva su apellido. La firma también incursiona en la ganadería mediante la empresa TerraGarba.
- Cazenave y Asoc.
Fundada en 1969 por el ingeniero agrónomo Jorge Horacio Cazenave. Con el correr de los años se erigió como una de las pioneras en la introducción de tecnologías vinculadas a la siembra directa y los esquemas de asociación orientados a ampliar la escala de producción.
La primera siembra bajo este nuevo modelo productivo fue en 1978, dando inicio a formas de asociación y explotación de la tierra que, años más tarde, se conocería como pools agrícolas. Según declara de forma oficial, la empresa hoy comandada por Santiago Casares administra 50 mil hectáreas y produce commodities y specialties en diferentes modalidades.
- Man Agro
Fondo agrícola fundado por Rafael Aliaga. Siembra más de 60 mil hectáreas y trabaja 100 por ciento en campos alquilados. La firma se encuentra ubicada en Pergamino, pero tiene presencia en Entre Ríos, Chaco, La Pampa y la localidad de Balcarce. En 2020 sumó como socia a la empresa de insumos y semillas de forrajes Bayá Casal.
- Maniagro
Ubicada en un pueblo de Córdoba llamado Carnerillo, es fruto de la fragmentación de una famosa familia dedicada a la producción de maní. Actualmente se encuentra en manos de Daniel Cavigliasso y administra 60 mil hectáreas.
- Grupo Río Seco
Está conformado por 12 empresas ubicadas en la provincia de Córdoba. El grupo administra 65 mil hectáreas, lo que representa el 14% de la producción agrícola del norte cordobés.
- Liag Argentina
Empresa agrícola de capitales australianos fundada en 1982 por la familia Kahlbetzer. En 2022 vendieron la totalidad del paquete accionario a la firma Grupo Don Mario GDM (el principal semillero argentino y líder en el negocio brasileño de soja) por US$ 195 millones de dólares.
Opera 70 mil hectáreas. Su facturación a junio de 2022 ascendía a poco más de $16.300 millones. En la actualidad, se encuentra a cargo de Gerardo e Ignacio Bartolomé.
- Grupo Boehler
De capitales provenientes de Río Cuarto, Córdoba, pero con fuerte presencia en San Luis, las empresas de los hermanos Julio y Raúl Boehler cultivan 80 mil hectáreas entre propias y alquiladas.
- Los Grobo
Fundada en 1984 por Adolfo y Gustavo Grobocopatel, es uno de grandes jugadores del mercado con un área de producción de 256 mil hectáreas en asociación con terceras partes, según datos de agosto del 2022.
Alrededor de 100 mil hectáreas son propias y el resto pertenecen a socios que son propietarios de tierras, arrendatarios y contratistas que reciben su pago en un porcentaje de lo cosechado. El grupo, que en la actualidad se encuentra controlado por el fondo Victoria Capital Partners y la familia Grobocopatel, informó entre julio y diciembre pasados a la Comisión Nacional de Valores (CNV) ganancias algo superiores a $331 millones.
- Grupo Andreoli
Propiedad de la familia Andreoli. Produce y comercializa granos, semillas, fertilizantes e insumos agrícolas, y trabaja sobre campos propios y alquilados, tiene en la actualidad una superficie sembrada de 100 mil hectáreas y es otro de los grandes de la agricultura argentina.
- Grupo Duhau
Comenzó su ascenso y consolidación a principios del siglo XX gracias al casamiento en 1918 de Enrique Duhau, abuelo de los actuales accionistas, con María Teresa Lacroze Gowland, tía de la otrora reina del cemento, Amalia Lacroze de Fortabat. Este hecho y una coyuntura de precios favorable durante la misma época explica, en parte, su fortuna actual.
Al día de hoy, María Cecilia, Enrique Urbano, Alberto Juan, Alejandro Carlos y Miguel Patricio Duhau Nelson son los accionistas por partes iguales del grupo e hijos de los fallecidos Enrique Juan Duhau Lacroze (1999) y Diana Luisa Nelson MacDonald (2011).
El Grupo Duhau, que en el año 2018 llegó a facturar U$S 113 millones, tiene como proyección para este año sembrar 160 mil hectáreas y terminar 120 mil cabezas en sus feedlots , dotando al holding de ventas globales por US$ 250 millones.
- Cresud
Es la división de negocios agropecuarios que preside Eduardo Sergio Elsztain, quien además lidera las compañías de real estate IRSA e IRSA Propiedades Comerciales, el Banco Hipotecario y BrasilAgro.
En Argentina, Cresud posee más de 130 mil hectáreas. Pero el grupo tiene presencia también en Brasil, Bolivia y Paraguay. por lo que, con datos del segundo semestre del 2022, su cartera total se compone de 761 mil hectáreas. En ese mismo período, la compañía argentina dio a conocer resultados financieros que arrojaron $19.237 millones de ganancias netas.
- Lartirigoyen y Cía
Posee más de 30 años en el agronegocio y hace tiempo se consolidó como uno de los jugadores más grandes del mercado local. En total, la empresa fundada en 1984 por Ignacio Lartirigoyen en Catriló, provincia de La Pampa, administra 150 mil hectáreas. En gran parte alquiladas o en asociación con un tercero. El ejercicio fiscal anual del 2021 arrojó que facturaron US$ 710 millones.
- MSU
Con sede en Villa Cañas, provincia de Santa Fe, MSU agro es uno de los principales productores agrícolas del país. Según datos del año 2022, la empresa cosecha 165 mil hectáreas entre propias y arrendadas en Argentina.
En el último balance anual, de junio del 2022, MSU agro tuvo ganancias por $22.600 millones de pesos. La firma fue fundada por el ingeniero Manuel Santos de Uribelarrea Duhau (padre) en los años’80, pero hoy las riendas del negocio están a cargo de su hijo Manuel Santos Uribelarrea Balcarce.
- Aceitera General Deheza (AGD)
Administra aproximadamente 200 mil hectáreas de campos propios, arrendados o en asociación con terceros productores. Un 20% de estas unidades productivas se encuentran en manos de la familia Urquía, originaria de Córdoba. El grupo es un gigante en lo que se refiere a producción y exportación de aceites y granos.
- Adecoagro
Con 210 mil hectáreas en producción, la empresa cofundada y liderada por Mariano Bosch es la más grande del mercado en términos de superficie sembrada. Según un informe de 2021, Adecoagro facturó U$S 446 millones a nivel global sólo durante el primer semestre de ese año.