Días perfectos (Wim Wenders, 2023)
Por Edu Guzman (@soloenelcine)
Yasujiro Ozu fue uno de los directores más importantes del cine japonés. Wim Wenders cuenta en su libro Los píxels de Cezanne (editorial Caja Negra), cómo una serie de avatares hizo que el cine de Ozu llegara a EE.UU. a fines de los sesentas para que él pudiera ver esas películas que lo marcaron definitivamente. A tal punto llegó su fascinación, que en los ochentas realizó un documental llamado Tokyo-Ga (Alemania/EE.UU., 1985) por el que fue a Tokio “movido por la intriga de saber si quedaba algún rastro de su época o si todavía se seguía en algo su trabajo. Incluso alguna imagen o alguna persona”, una obra de casi medio siglo dedicada a retratar la lenta declinación de la familia japonesa. A seis décadas de la muerte de Ozu, Wenders vuelve a Japón con Días perfectos (Japón-Alemania/2023), con la que viene cosechado un suceso que hace tiempo no conseguía.
Hirayama (Koji Yakusho) es un hombre de unos 60 años que limpia baños públicos en Tokio, un trabajo que realiza con esmero y responsabilidad. Una dedicación que nos revelará un primer indicio de su carácter y que podremos luego advertir en los demás órdenes de su vida: es alguien que está presente en lo que hace. Sus días se notan cuidadosamente planificados y regidos por una especie de ética en la que el tiempo libre es para leer libros que compra de segunda mano, escuchar música en cassettes de rock de los sesentas y setentas, sacar fotos analógicas en blanco y negro de los rayos de sol que se filtran entre las hojas de los árboles, o ir al bar en el que mantiene un velado flirteo con la dueña. Como se puede apreciar, salvo esta última todas actividades que practica en soledad.
La hermética rutina de Hirayama, sin embargo, va a ser puesta en cuestión por personajes que irán apareciendo a lo largo de la película, particularmente su sobrina Nico a quien encontrará en la puerta de su casa esperándolo una noche luego de varios años de no verla. Estas apariciones brindarán nuevos matices para comprender al protagonista y lo que hasta entonces parecía una vida apacible, configurada con precisión para alcanzar una estabilidad espiritual, empieza a resquebrajarse y dar la sensación de ser una especie de dique, la forma de contener algo que nunca vamos a saber qué es.
Nominada al Oscar como Mejor Película Extranjera, Días perfectos es también una película del Tokio actual. Las numerosas apariciones de la torre Skytree, la estructura más alta de Japón inaugurada en 2012 y los baños públicos de The Tokyo Toilet construidos todos en los últimos cuatro años, dan cuenta de ello. A la vez, esas imágenes chocan con el ascetismo de Hirayama, de una vida amarrada al siglo XX, lo que puede provocar una lectura de cierta nostalgia a lo Ozu o, desde una visión más optimista, un itinerario posible para salir de los automatismos de nuestros días.
Al momento de la redacción de esta nota, la película se encuentra exhibida en cines de todo el país y prontamente estará disponible en la plataforma Mubi. Se menciona más arriba a The Tokyo Toilet. Se trata de un proyecto que consiste en 17 baños públicos que fueron creados por arquitectos y artistas reconocidos, cada uno con una impronta particular y que son realmente sorprendentes. Para más información pueden visitar la web https://tokyotoilet.jp/en/.