Correspondencia erótica, Virginia Woolf y Vita Sackville-West
Editorial Rara Avis (2023)
Por Laureana Cardelino (@todas_lasfiestas)
¿Qué tan intensa puede ser una correspondencia y una relación entre dos mujeres inglesas escritoras a fines de los años 20? aristócrata una y de clase alta la otra, 30 años de edad una y 40 la otra. “Correspondencia erótica” da cuenta de esto y de más. El libro es el resultado de una traducción muy bien anotada de las cartas que Virginia Woolf y Vita Sackville-West se enviaron entre 1927 y 1929, documentada con fotos y un Apéndice que contiene extractos de los diarios íntimos de ambas. Ordenadas cronológicamente, con algunas omisiones y en un español rioplatense que le agradecemos mucho a Paula Locatelli y Agustín González.
El prólogo de Vir Cano es exquisito y ayuda a poner esta historia de amor impropio en diálogo con nuestro tiempo.
Vita y Virginia son fuego y deseo en palabras que se leen con el mismo desborde con el que fueron escritas. Hay una urgencia de enlazarse en la conversación, en los planes de visitas, en la evocación de aquella primera noche que pasaron juntas, noche “en que te portaste tan mal”, le dice Vita a Woolf. La intensidad y la pasión de una relación amorosa entre dos escritoras que se seducen mutuamente a cada palabra, se reclaman, se celan y se desentienden también.
Con regularidad durante dos años Virginia y Vita se aman.
La avidez voyeurista del lector despierta desde el comienzo del texto en esta “novela epistolar” protagonizada por dos escritoras casadas con hombres respetables y queridos por ellas, que estaban al tanto del romance. Matrimonios abiertos en 1927, clase alta y aristocracia, lesbianismo y ¿poliamor? Ciertamente, monogamia no.
¿Qué se dicen dos mujeres que han quedado atravesadas por un encuentro sexual fogoso al que más de una vez vuelven en sus cartas? Hablan de deseo, de escritura, sexo y texto, ficción y desesperación. Construyen un lenguaje amoroso propio, un código de amantes, el fuego de la palabra como condición del erotismo.
“Si te llamara y te lo preguntara, me dirías que te gusto?
Si nos encontráramos, me besarías?
Sí estuviéramos en la cama…”
Cuerpo y mente hechos lenguaje amoroso, ficción, material para una biografía que será un texto fundamental para la literatura universal: “Orlando”. Una novela que se presenta como biografía de un personaje trans. Dice Virginia en la carta del 9 de octubre: “Pero, escuchá, supongamos que Orlando termina siendo Vita y todo esto es sobre vos y la lujuria de tu carne o el encanto de tu mente (corazón no tenés)..”
Formas de hablarse, de reprocharse y de extrañarse. Frecuencia, ansiedad, inspiración, necesidad de la palabra de la otra. Eros funcionando a la perfección en todas sus maneras de poner en riesgo cualquier seguridad o tranquilidad. La que escribe/ama sufre, desespera, el erotismo es el mal del dulce/amargo, tal como explica Anne Carson. Esta relación lésbica entre V. y V. está tramada en lo que dicen y lo que se escapa, en un juego de una intimidad muy hermosa. ¿Qué capítulos se habrán salteado?
La intensidad del encuentro no se diluye en el papel: ambas hacen gala de una escritura urgente, aunque quizás Virginia sea la más demandante. Vita siempre responde, más libre en su sexualidad, más “promiscua”, como le dice la propia Virginia. Aunque también Vita le reclama a Virginia que no se vaya “con cualquiera”.
Los topos y Potto son los animales elegidos para explicar lo que les pasa en su interior. La intimidad que construyen está llena de elementos que permiten vislumbrar el contexto en el que se movían: otras amantes, amigos, escritores, artistas, familiares, mascotas. Cuan especiales son y han sido la una para la otra se ve en la respiración de las cartas, en la puntuación, en el tono.
“Vas a venir el miércoles a la tarde?” “Me encantaría que estés acá “ “Ay tengo unas ganas locas de verte” “Después podríamos divertirnos un rato” “Estúpida criatura consentida, no debería amarte ni entregarme a tí, pero oh querida, no puedo ser ni inteligente ni distante contigo.”
“Vení el lunes y escribime una carta larga, larga y amorosa.”
Se trata de la vida, el amor, la literatura. Nombrarse así: querida criatura, corazón mío, tu perrita faldera, tuya.
Planes de viajes juntas, arreglos para verse en Knoles, en Londres, en Francia, en Berlín. Encuentros y desencuentros, lugares que para siempre llevarán la marca del romance impropio, tan verdadero como pueden ser el amor, el deseo y la seducción.