El azote del ajuste de Milei obliga a Rodolfo Aguiar, secretario general de ATE Nación, a poner en marcha una estrategia más férrea y sanguínea.
Por Emiliano Guido
Fotos: Manuel Cascallar
Rodolfo Aguiar ya guardó las piezas del ajedrez imaginario que había decidido comenzar a jugar en noviembre último, al asumir la secretaría general de ATE nacional. El dirigente trazó en el inicio de su mandato una política de carácter dual para enfrentar al gobierno de Javier Milei. La oposición proyectada sería, por momentos, tenue, instancia donde requeriría del uso de peones; y en otros momentos álgida, apta para el despliegue de torres y reyes.
La dinámica de la disputa confrontativa, propia de los pagos provinciales, donde la asfixia presupuestaria es recurrente, quedaba atrás, pensó. Pero, finalmente, el azote del ajuste de Milei en las arcas públicas ha sido tan feroz, advierte Aguiar, que lo obliga a poner en marcha una estrategia más férrea y sanguínea.
Es un mediodía gélido de mayo, propio del invierno por el tenor sureño de la ventisca. Aguiar recibe a Malas Palabras en su despacho, una oficina amplia emplazada en el primer piso de la sede capitalina de ATE. Tiene sus brazos descubiertos. Su temple patagónico, es oriundo de General Roca, parece sobreponerse al frío porteño.
Aguiar fue arquero de fútbol y disputó partidos profesionales en las ligas del ascenso rionegrinas, donde las superficies de juego suelen ser de una topografía rústica por las inclemencias del clima. De esa experiencia deportiva conserva un recuerdo cariñoso de un director técnico suyo que aconsejaba atacar posicionando dos delanteros centrales portentosos en el área chica rival. Una ofensiva constante deriva, indefectiblemente, en la victoria, decía aquel entrenador.
En la siguiente entrevista Aguiar califica como “fake news” la cifra oficial de empleados estatales despedidos. Advierte que el volumen de trabajadores desvinculados es menor al difundido y adjudica a la debilidad política de Milei su incapacidad de plasmar lo proyectado en el plan de ajuste originario. Sobre el Pacto de Mayo, observa un consenso político mayoritario de los jefes provinciales a favor de suscribir un plan económico al que califica como de saqueo. En el corto plazo, asegura que el desguace libertario no podrá hacer pie donde exista organización gremial consolidada.
Aguiar es temperamental al hablar. Durante la entrevista con Malas Palabras desplegó un tono de voz alto y encendido, un timbre propio de las asambleas ministeriales. Es evidente que el dirigente rionegrino ha decidido tirar el tablero y dar la pelea gremial con el estilo impartido por el director técnico que aún tiene voz y forma en su memoria.
-¿Qué implica en términos políticos la aprobación de la Ley Bases?
-Tanto la Ley Bases como el Pacto de Mayo son producto de la derrota de Milei. Me explico, se supone que un presidente, en los primeros cien días de gobierno, puede hacer lo planeado. En cambio, el DNU fue suspendido por la Justicia, y rechazado por el Senado, y la Ley Ómnibus fue un bochorno cuando volvió a comisiones.
Considero que la Ley Bases pone de rodillas a la Nación, y coloca al Estado al servicio del saqueo. Además, muestra a un poder político, y a gran parte del empresariado nacional, desorientado frente a una forma de ejercer el poder en Argentina. Por eso, se muestran colaboracionistas con el Ejecutivo con estos dos instrumentos legislativos.
Me gustaría remarcar otra cuestión. El ajuste de Milei implica una eutanasia social. Si uno analiza los despidos en el Estado encuentra un común denominador. A ver, el gobierno decidió cerrar centros de referencia del ex Ministerio de Desarrollo Social; cerraron 106 unidades territoriales de la Secretaría de Agricultura Familiar, también clausuró delegaciones provinciales del Enacom, los ejemplos sobran. Es decir, la mayoría de los trabajadores despedidos no están en Capital Federal, sino en el interior. Hay una decisión deliberada de retirar al Estado nacional de las provincias. Entonces, el gobierno retira política, retira terapia, porque quiere hacer morir al Estado.
Pero, también hay una eutanasia activa. El efecto letal lo suministra con la aplicación del DNU y del Pacto de Mayo. Por eso, afirmo que los diputados y diputadas que levantaron la mano para aprobar la Ley Bases son todos unos sinvergüenzas.
-¿Tu lectura es que el ajuste va del interior a Capital Federal?
-El ajuste se impulsa y debate en Buenos Aires, pero su mayor impacto se produce en las provincias y municipios. En Argentina, los impuestos coparticipables caen porque cayeron las ventas. El objetivo es desfinanciar y fundir a las provincias.
Otra cuestión, la Ley Bases tiene 232 artículos, de ellos 125 insumen dos títulos: energías, enfocada exclusivamente hidrocarburos; y el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI). Eso es extractivismo sin límites, otorgar beneficios impositivos a las multinacionales. El RIGI, al tercer año, permite a las corporaciones exportar el cien por ciento de lo que produzcan. Con el RIGI desaparece el denominado barril criollo, y por lo tanto no hay más precios internos de referencia para favorecer la exportación.
– Sobre la voluntad de resistencia, ¿La dirigencia partidaria, la ve?
– Diría lo siguiente, no sé si estuvo muy equivocado Milei cuando al asumir habló de espaldas al Congreso. En el Parlamento están los criollos que nos quieren vender. Arturo Jauretche ya decía: “Si malo es el gringo que nos compra, peor el criollo que nos vende”. El Congreso está lleno de criollos que nos quieren vender.
– Evidentemente, partís de una lectura crítica de la política.
– De eso también dieron cuenta las elecciones, y tenemos que incluirnos porque, en su momento, hubo un fuerte cuestionamiento sobre el sindicalismo. Ahora, cada uno tiene que saber dónde hay que estar parado en este momento crucial de la Argentina.
– ¿Cómo es la relación con la CGT y los primos de UPCN? ¿La crisis, el ajuste, los fuerza a un marco de unidad?
– El contexto reclama unidad y eficacia a la hora de defender los intereses del movimiento obrero. Unidad en la acción siempre, y podremos lograr unidad orgánica cuando profundicemos la discusión sobre el modelo sindical a seguir. Pero, para ir a una unidad más amplia muchas organizaciones sindicales deberían modificar su estatuto.
– ¿Cuál es el balance político de ATE con respecto al último paro nacional?
– El paro fue enorme, golpeó con dureza al gobierno. Muchos periodistas dicen que el gobierno desestimó la huelga. Pienso lo contrario. Soy un especialista en desgastar gobiernos, mi experiencia dice que toda huelga golpea a los gobiernos, por más que pongan en una red social que están desayunando lágrimas de zurditos. En mi provincia estuve sumando paros hasta que logré quebrantar un sistema que nos oprimía. Acá, recién estamos empezando y estoy contento con las acciones que estamos llevando adelante.
– ¿A qué te referís con tu experiencia en Río Negro?
– ATE no era reconocida en Río Negro. Producto de la lucha logramos la aprobación de una norma provincial, acompañada por todas las fuerzas políticas, que cambió el esquema jurídico del gremio, y la democratización del Estado provincial.
– ¿La batalla cultural es significativa para dar la pelea gremial?
– Si recordamos el sketch de Antonio Gasalla, el neoliberalismo y la extrema derecha han montado una campaña de desprestigio sobre el empleo público desde hace mucho tiempo. Voy a refutar tres cosas que dicen constantemente en los grandes medios: que somos muchos los que sobramos en el Estado, que no estamos calificados, y que somos caros.
Si tomamos el total de las personas ocupadas en la Argentina, menos de dos de cada diez trabaja en el Estado, es mucho más grande el Estado francés que el nuestro en proporción a la población; en segundo lugar, si hay un rasgo distintivo del Estado argentino es el alto nivel de educación de sus trabajadores, el 51 por ciento tiene título terciario-universitario, mientras que ese promedio en la actividad privada baja al 18 por ciento; por último, si analizamos los gastos corrientes del Estado, primero están las jubilaciones y pensiones, luego los subsidios económicos, las políticas sociales ,y recién en cuarto lugar los salarios del personal.
– ¿Dónde serán los próximos ataques del gobierno para desguazar al Estado?
– Depende del nivel de conflictividad que encuentren. Hubo un primer corte, que denominé como la precarización laboral más grande de la historia del Estado, cuando Milei decidió renovar solo los vínculos contractuales de la plata transitoria hasta el 31 de marzo. Luego, renovaron muchos contratos por otros tres meses. En ese sentido, el 30 de junio los estatales tenemos otra parada brava. Conclusión: dependerá de nosotros, del nivel de conflictividad.
– Pero, el objetivo de Milei es seguir desvinculando trabajadores, ¿no?
– El objetivo de Mauricio Macri era quedarse 20 años, y estuvo 4. Lo echamos como a un perro, movilizándonos, estando en la calle. Lo que pase el 30 de junio depende más de nosotros, que de Milei. Por otro lado, según datos oficiales del Indec sobre dotación de personal, hubo 13124 despidos hasta ahora, de los cuales no todos pertenecen a la administración pública centralizada.
– ¿El anuncio de despidos a gran escala es una fake new?
– La extrema derecha o el neoliberalismo antes de avanzar hace un mapeo de la conflictividad en el Estado. ¿Cómo puede ser que la dirigencia sindical no entienda que se mapea la conflictividad? Donde no hay conflictos, avanzan, y donde hay conflictos, no. Pongo el ejemplo de cuando asumió Carlos Soria como gobernador en Río Negro. En ese momento, nos llegaban al gremio faxes anunciando despidos en los hospitales públicos de toda la provincia, menos en el de Bariloche. ¿Por qué? Porque ese hospital venía con paros desde hacía un año. No hay secretos, está todo inventado, la solución política es el paro y la huelga. Por lo tanto, depende más de nosotros que de Milei.
-Al inicio de la charla explicabas que no te convence más desarrollar una partida de ajedrez contra el gobierno nacional, ¿eso implica realizar movimientos riesgosos?
– Cuando utilicé esa figura me refería también a cómo se ejerce el poder en la Capital Federal. Pero, con la llegada de Milei al poder ese concepto del ajedrez empieza a ser trastocado porque, de alguna manera, volvemos a un combate más frontal.
– ¿Te sentís como cuando eras dirigente provincial, parapetado en primera la línea de fuego?
– Sí, es cada vez más así.
– Con esa experiencia tuya y tu olfato político, ¿cómo te ves dentro de un par de años?
– Son cosas que uno nunca puede saber. Uno tiene que ser persistente en el desgaste de tu rival, porque si a este presidente le va bien, nos va a ir muy mal a todos. Entonces, tenemos que frustrar los planes de Milei. A Milei lo puso la democracia, pero también lo puede sacar la democracia.