La marca política “Milei” comienza a registrar un significativo descenso de su pregnancia simbólica. ¿Qué implica y cuándo se inició la “caída por goteo”? ¿La permanencia del núcleo duro de adhesión es suficiente para sostener la popularidad presidencial?
Opinan Roberto Bacman, director del Centro de Estudios de Opinión Pública, y Paola Zuban, politóloga y directora de Zuban Córdoba & Asociados.
Por Redacción Malas Palabras
La imagen del presidente Javier Milei comienza a mostrar signos evidentes de desgaste tras sus primeros diez meses de gestión. Según recientes sondeos, la popularidad del mandatario sufrió una caída significativa en septiembre. Consultoras como Analogías y Solmoirago coinciden en el diagnóstico: la aprobación del gobierno disminuyó drásticamente debido a la creciente preocupación ciudadana por fenómenos económicos como la inflación, el desempleo y el aumento de la pobreza.
Un informe reciente de la consultora Sentimientos Públicos, a cargo del sociólogo y escritor Hernán Vanoli, revela el nutrido impacto del modelo libertario sobre la cotidianidad de la ciudadanía. De la lectura del informe se destacan cifras llamativas: casi 7 de cada 10 argentinos redujo su consumo cotidiano, desde alimentos hasta plataformas de entretenimiento. En términos de bienestar emocional, el 70% percibe un marcado deterioro en la salud mental de su entorno, afectando especialmente a personas de entre 35 y 55 años. Entre los jóvenes de 16 a 29 años, el 30% consideró las apuestas en línea como una estrategia para obtener ingresos adicionales. Además, el 45% visualiza un futuro de caos y crisis bajo la gestión de Milei, lo que refleja una creciente desilusión, incluso entre quienes inicialmente lo apoyaron.
“Varias consultoras coinciden en el diagnóstico: la aprobación del gobierno disminuyó drásticamente debido a la creciente preocupación ciudadana por la inflación, el desempleo y el aumento de la pobreza”
Por su parte, el Centro de Estudios de Opinión Pública (CEOP Latam) informa que la imagen positiva de Milei descendió a un 40,2% en septiembre, cuatro puntos menos que en agosto, mientras que su desaprobación subió a 56,3%. Asimismo, el estudio muestra que las expectativas económicas positivas cayeron por debajo del 50% por primera vez en su mandato, destacando «sueldos insuficientes» y el «crecimiento de la pobreza» como los principales motores del descontento social.
Roberto Bacman, director de CEOP Latam, advierte que la caída en la aprobación de Milei comenzó casi desde el inicio de su mandato. «Cuando asumió, contaba con una imagen positiva del 61%, pero esa cifra ha ido cayendo de manera constante. La gente no esperaba que el ajuste económico fuera tan severo», explicó en diálogo con Malas Palabras.

Uno de los puntos de inflexión se registró en abril, tras la masiva marcha universitaria en defensa de la educación pública, donde la desaprobación empezó a crecer rápidamente. Sin embargo, el reciente veto a la Ley de Financiamiento Universitario intensificó el rechazo social hacia el gobierno. Según el especialista, esta decisión no solo afectó a estudiantes y docentes, sino también a gran parte de la población que considera a la educación pública como un pilar fundamental del país: «El ataque del gobierno a la educación y la salud pública está dejando una huella profunda en el imaginario colectivo de los argentinos».
A partir de abril, Milei comenzó a experimentar lo que Bacman describe como una «caída por goteo». Esta tendencia se sustenta, principalmente, en las políticas de ajuste económico que comenzaron a erosionar la tolerancia de la ciudadanía. «El 85% de los argentinos no llega a fin de mes y ese porcentaje incluye a personas que solo sobreviven realizando ajustes económicos o cambiando dólares. La paciencia empieza a agotarse lentamente”, advirtió.
El analista también destaca que, si bien un núcleo duro del 35% de los argentinos sigue dispuesto a «aguantar lo que sea necesario» para apoyar al gobierno, este segmento comenzó a decrecer: «Hoy, el volumen de quienes defienden a Milei a capa y espada disminuyó en número. Bajó la sensación psicográfica de la esperanza, y subió la sensación psicográfica de la incertidumbre. Y cuando la incertidumbre crece, el que gobierna está en problemas».
A partir de abril, Milei comenzó a experimentar lo que el consultor Bacman describe como una «caída por goteo». Esta tendencia se sustenta principalmente en las políticas de ajuste económico que comenzaron a erosionar la tolerancia de la ciudadanía.
Migración juvenil
Una de las principales causas de este desgaste, según Bacman, fue el conflicto con el sector educativo: «El núcleo de Milei estaba compuesto en gran parte por un electorado enojado con la gestión de Mauricio Macri, jóvenes de entre 16 y 30 años, provenientes de hogares de clase baja y con trabajos precarios. Sin embargo, este segmento comenzó a desertar luego del rechazo a la Ley de Financiamiento Universitario. Ahora, se sienten desilusionados y han migrado hacia una postura más independiente”.
Paola Zuban, politóloga y directora de Zuban Córdoba & Asociados, coincide con Bacman en que la popularidad del “león” se desploma de manera sostenida. Según los estudios de su consultora, el 57% de los argentinos desaprueba la administración libertaria y un 69% de la población observa una mentira cuando escucha al Presidente decir que utilizó la motosierra «contra la política y no contra el pueblo».

«Las políticas del gobierno están generando preocupación en amplios sectores de la sociedad, especialmente porque se trata de áreas como salud, educación y jubilaciones que tienen un fuerte respaldo popular en Argentina», destaca la fuente consultada.
En esta línea, Zuban traza un paralelismo con el gobierno de Alberto Fernández, señalando que hubo tres momentos críticos que marcaron un quiebre en la imagen del ex presidente: el escándalo del cumpleaños de Fabiola Yáñez durante la cuarentena, el denominado vacunatorio VIP, y la fallida expropiación de la empresa Vicentín. Cada uno de estos eventos tuvo un fuerte impacto en la opinión pública, causando caídas abruptas en la aprobación de Fernández, de las cuales nunca pudo recuperarse completamente.
Este tipo de «eventos irritantes», según Zuban, son los que suelen marcar los límites de tolerancia de la sociedad. En el caso de Milei, decisiones como el veto a la Ley de Financiamiento Universitario o los ajustes en el sistema de salud podrían representar esos momentos críticos.
«Cuando se tocan valores socialmente compartidos, la reacción del electorado puede ser mucho más severa. Si bien todavía conserva un núcleo duro del 30% que lo respalda de manera incondicional, su gobierno enfrenta una creciente fragmentación en su base de apoyo. Ese diferencial que le permitió ganar en la segunda vuelta está empezando a mostrar signos de desgaste: la mitad de esos votantes ahora dudan de que Milei sea capaz de mejorar la situación y la otra mitad cree que no hizo bien en elegirlo», señala Zuban.
Los «eventos irritantes», según Zuban, son los que suelen marcar los límites de tolerancia de la sociedad. En el caso de Milei, decisiones como el veto a la Ley de Financiamiento Universitario o los ajustes en el sistema de salud podrían representar esos momentos críticos.
Un futuro incierto
La combinación de un entorno económico cada vez más desafiante, el rechazo a políticas claves en áreas sensibles, y la creciente desilusión entre su electorado joven han generado un panorama complejo para el primer mandatario con un costo alto en términos de aprobación y credibilidad. Aunque su núcleo duro permanece leal, los signos de desgaste son cada vez más evidentes.
La incógnita, ahora, es si el líder libertario podrá sortear los obstáculos que su propio gobierno ha generado, o si su gestión terminará enfrentando una crisis de legitimidad insuperable, similar a la de su predecesor.