China y los países emergentes responden con mecanismos comerciales multilaterales a la guerra comercial iniciada por Trump. A su vez, el bloque BRICS + comenzó a gestar un dispositivo de intercambio autónomo para desafiar la hegemonía monetaria del dólar. Opina Gustavo Girado, sinólogo de la Universidad de Lanús.
Por Telma Luzzani, periodista y analista internacional.
Su más reciente libro es “Todo lo que necesitas saber sobre la Guerra Fría” (Paidós 2019)
“Permítanme reiterar que la intimidación no nos asusta”, anunció el 2 de abril sereno pero tajante, Lin Jian, vocero de la cancillería china, horas después de la oficialización de los aranceles recíprocos masivos, un dispositivo del presidente Donald Trump diseñado claramente contra China. “El acoso, la coacción, o las amenazas no son la forma correcta de tratar con nosotros. Quien utilice la máxima presión sobre China está eligiendo el oponente equivocado y cometiendo un error de cálculo”, advirtió Jian.
Luego, lanzó un aviso que congeló el aire. Apuntando directamente a EE.UU. Lin dijo lo siguiente: “Lo correcto es consultar con China sobre la base de la igualdad y el respeto mutuo. Pero, si Estados Unidos tiene otra agenda en mente y lo que quiere es la guerra, sea arancelaria, comercial o de cualquier otro tipo, estamos listos para luchar hasta el final”.
“Lo correcto es consultar con China sobre la base de la igualdad y el respeto mutuo. Pero, si Estados Unidos tiene otra agenda en mente y lo que quiere es la guerra, sea arancelaria, comercial o de cualquier otro tipo, estamos listos para luchar hasta el final”, advirtió el portavoz de la Cancillería china.
China, la potencia emergente con más de 1.400 millones de habitantes, con unas Fuerzas Armadas poderosas y renovadas, y un desarrollo e innovación tecnológica colosal, puso a la Casa Blanca los puntos sobre las íes: “Instamos a EE.UU. a dejar de ser dominante, y a volver al camino correcto del diálogo y la cooperación a la mayor brevedad”.
Vale la pena detenerse en dos de esos aspectos: el desarrollo tecnológico y el campo militar. Mientras Trump amenaza con retener los fondos federales de las universidades que protestan en contra del genocidio israelí en Gaza y mientras los programas de investigación estadounidenses colapsan, las academias chinas alcanzan los mejores niveles del mundo. La última lista presentada por la base de datos global Nature Index reveló que 9 de los 10 mejores centros de conocimiento del planeta son chinos.
En cuanto al campo militar, el pasado 1 de abril Beijing puso en vigor la reforma del Ejército Popular de Liberación con el objetivo de “transformarlo completamente en fuerzas armadas de clase mundial”. En cuanto al área naval, como resultado de las inversiones masivas en su armada, hoy China tiene la mayor flota militar del mundo, con 370 buques y submarinos de combate. En el campo nuclear, se especula que en 5 años igualará a su competidor estratégico.

La previsión china
La respuesta de Beijing a las medidas proteccionistas de Washington no se hizo esperar. “Estamos listos para luchar hasta el final” no fue sólo un mensaje para EE.UU. sino una definición de cómo se planta la nueva China ante el mundo. ¿Estaba preparado el gobierno de Xi Jinping para ese escenario?
“China estaba preparada”, responde Gustavo Girado, uno de los principales expertos argentinos en ese país y director de la carrera de postgrado sobre China contemporánea en la Universidad Nacional de Lanús. “Por eso, China pudo actuar con celeridad y dejar claro que no está como segundo de nadie, que no es un país provocador, y que actúa en consecuencia”, agrega.
Como señala Girado, la actitud china en las distintas etapas del conflicto comercial global en los últimos 50 años fue variando: “La estrategia propuesta por Deng Xiaoping era no exponerse, nunca estar en primera línea, permanecer en las sombras, y nunca tomar la iniciativa. Eso fue revertido por Xi Jinping porque el rol que le toca al actual presidente es que China salga hacia el mundo. Podríamos decir que Xi enterró a Deng, porque los actuales valores e intereses requieren de esa iniciativa, de ese criterio estratégico”.
“La estrategia propuesta por Deng Xiaoping era no exponerse, nunca estar en primera línea, permanecer en las sombras, y nunca tomar la iniciativa. Eso fue revertido por Xi Jinping porque el rol que le toca al actual presidente es que China salga hacia el mundo. Podríamos decir que Xi enterró a Deng, porque los actuales valores e intereses requieren de esa iniciativa, de ese criterio estratégico”
Gustavo Girado, sinólogo de la Universidad de Lanús.
“China sabía que la amenaza estadounidense era para negociar. Es importante recordar que, al inicio, hubo protestas en EE.UU. contra las políticas de Trump. Recién, ahora, están aumentando los precios porque las empresas fueron usando previamente su stock de productos chinos para demorar la suba. Ahora, los barcos están llegando vacíos a EE.UU. Parece increíble que el gobierno de Estados Unidos no tome conciencia de que esto no puede seguir así. No tengo dudas de que los aranceles risibles contra los productos chinos van a cambiar”, complementa el especialista.
Rediseñar el orden mundial
Las medidas arancelarias masivas anunciadas en el “Día de la Liberación” produjeron como reacción el inmediato desplome de los mercados financieros a nivel mundial. Para el diario Global Times, reflejo de la voz del Partido Comunista chino, “dado el enorme volumen de comercio entre Washington y Beijing, el impacto sobre la economía china, en el corto plazo, sería inevitable”.
Sin embargo, continúa el diario chino, a la larga, tanto por la fuerza económica del gigante asiático, como por el hecho de que “los países de todo el mundo participan en la globalización económica”, Beijing se beneficiaría.
“En el campo estricto de los aranceles, casi como acto reflejo, China respondió con reciprocidad con hasta el 125% sobre productos estadounidenses, incluyendo agrícolas, carbón, petróleo crudo, gas natural, maquinaria agrícola, automóviles y semiconductores. Otras dos medidas muy importantes fueron adoptar controles de exportación sobre materiales críticos como tierras raras y sumar a 26 empresas estadounidenses a su lista de control de exportaciones”, opinó Gustavo Ng, cofundador y director junto a Néstor Restivo de Dang Dai, la primera revista de intercambio cultural argentino-china.
“La mayor activación del Nuevo Banco de Desarrollo y del Acuerdo de Reservas de Contingencia para financiar proyectos menos dependientes del sistema financiero dominado por el dólar. También se negociaron, con más decisión, alternativas para el comercio en monedas locales y se apuntala el desarrollo de sistemas de pago alternativos, como BRICS Clear y BRICS PAY”
Gustavo Ng, fundador de la revista Dang Dai.
China controla aproximadamente 90% del mercado global de tierras raras. Las tierras raras son un conjunto de 17 elementos químicos fundamentales para producir misiles, drones, semiconductores para radares y equipos de comunicación militar, sistemas de defensa de láseres de alta energía y motores de vehículos militares.
Otra medida china fue demandar a EE.UU. por su política arancelaria ante la Organización Mundial del Comercio a través del mecanismo de solución de disputas. “Creo, sin embargo, que lo más importante de la respuesta no fue la reacción en espejo, sino el modo en que China lo había anticipado”, opinó el especialista Gustavo Ng.
“En el XX Congreso del Partido Comunista, en 2022, ya habían diseñado para el quinquenio actual una doble estrategia que preveía este escenario. Las estrategias se complementan y tienen sentidos opuestos. Por un lado, China diversificó y profundizó sus relaciones con otros países y regiones, gravitando mucho en la forma que han tomado las cadenas de abastecimiento y de valor. Por otro lado, comenzó a acelerar la autosubsistencia en áreas estratégicas, como alimento, tecnología y energía”, agregó el analista citado.
Los BRICS y el dólar
La existencia de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), ahora ampliado con la incorporación de nuevos integrantes, se ha convertido en un extraordinario escudo de defensa ante las arbitrariedades occidentales. La hipersancionada Rusia, por ejemplo, sigue exportando sus recursos naturales y pudo hacer crecer su economía y su moneda gracias a la alianza con los BRICS +. ¿Podrá también los BRICS + ayudar a China a mitigar los efectos de la “guerra arancelaria”?
“En la cumbre de los BRICS en Kazan de octubre de 2024 se manejaron alternativas que bien pueden verse como una previsión del vendaval arancelario”, aseguró Ng quien es, además, editor de la revista Tektónikos sobre política internacional. “Por ejemplo, la mayor activación del Nuevo Banco de Desarrollo y del Acuerdo de Reservas de Contingencia para financiar proyectos menos dependientes del sistema financiero dominado por el dólar. También se negociaron, con más decisión, alternativas para el comercio en monedas locales y se apuntala el desarrollo de sistemas de pago alternativos, como BRICS Clear y BRICS PAY.”

Gustavo Ng arriesga, además, otro posible escenario que las medidas arancelarias de Trump podrían desencadenar: “Esta guerra pareciera promover el fortalecimiento de acuerdos regionales como la Asociación Económica Integral Regional (integrada por 15 países del área Asia-Pacífico), la Zona de Libre Comercio Continental Africana y la denominada Ruta de la Seda”.
Finalmente, el pasado 23 de abril, China lanzó su propio modelo de pago sin pasar por el dólar en el comercio internacional, el Sistema de Pagos Transfronterizos, una alternativa al SWIFT, la transacción interbancaria controlada en su totalidad por EE.UU. En marzo, Beijing ya había activado su red de pagos con el yuan digital para realizar transacciones comerciales con 10 países del bloque ASEAN y 6 de la zona de Medio Oriente (juntos representan el 38% del comercio mundial).
La “batalla de aranceles” es la última y más afilada provocación de la guerra multidimensional que Estados Unidos le ha declarado a China. Su onda expansiva tendrá efectos sobre todo el mundo. Los países periféricos, como Argentina, deberían tomar nota. El nuevo orden mundial está en marcha y no espera.