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Nota publicada el 03 / 09 / 2019

“No hay liberación de un país si no hay centralidad de la clase trabajadora”

Desde su militancia inicial en aquella ATE Participación, agrupación opositora a la conducción del gremio, que venía desde la dictadura, a su actual condición de secretario general de ATE Provincia de Buenos Aires y de la CTA Autónoma bonaerense, nada ha cambiado en su concepto de para qué y para quienes militar por una sociedad justa e igualitaria.
Pero ahora, se anima a otras batallas……

–¿Has decido participar en el plano político partidario?

Junto a un conjunto de compañeros y compañeras, con dirigentes emblemáticos como Victor De Gennaro, Hugo Godoy o Claudio Lozano, hemos definido participar activamente de la construcción de un Frente Patriótico en carácter de militantes populares.
Y esto es importante aclararlo. Nosotros siempre decimos que ATE es de todos los trabajadores y trabajadoras, independientemente de la ideología o tendencia que lo exprese o contenga. Entonces es importante remarcar que mi decisión de participar en un armado político tiene que ver con una decisión exclusivamente personal. Soy un hombre que siempre ha militado. Desde muy temprana edad lo hice en el peronismo, luego tomé la decisión de irme de ese espacio junto a distintos compañeros y compañeras, y con el armado de la Unidad Popular encontré un lugar de participación personal.
Es desde la UP desde donde hemos decidido participar para aportar nuestra mirada sobre el Estado, sobre qué políticas públicas deberían implementarse en un gobierno de cambio de rumbo, y, por sobre todas las cosas, para poner en escena las propuestas de los trabajadores y trabajadoras en general, y en particular la de los estatales.
Queremos aportar el conocimiento que hemos adquirido en todos estos años en la conducción de un gremio que hoy es mayoritario en el Estado y también en la construcción y participación de una Central Sindical que ha sido emblemática en la historia y presente de nuestro país, como lo ha sido la CTA. Si esto desemboca en una candidatura, se evaluará en su momento y se obrará en consecuencia.
El lanzamiento en el Club Circunvalación se dio en el marco de una amplia unidad contra los gobiernos de Macri, Vidal y Garro.
Este gobierno es el gobierno de los poderosos, de los grupos concentrados. La Ley de emergencia Tecnológica y Administrativa que en su momento sancionó el gobierno de Vidal en 2016 habilitó jurídicamente a la voracidad del sector privado para que ingresara en el Estado sin ningún tipo de control.
Este gobierno está plagado de negocios cuestionables en los distintos estamentos del Estado y que como resultado desfavorecen a la gente en todos sus aspectos. Han moldeado un Estado saqueador de la población, en vez de redistribuidor.
Creemos que es necesario ponerle freno a Macri, Vidal y Garro. Ahora bien, este freno es una condición necesaria pero no suficiente para transformar la realidad. Derrotar a Macri es muy importante, pero al otro día de haberlo hecho debemos trabajar para construir la fuerza necesaria para ir en un sentido distinto. La única garantía para que haya un proceso de transformación es que la clase trabajadora organizada sea protagonista.
Y esta clase trabajadora organizada no solamente es aquella que se organiza en sindicatos, sino también todos los trabajadores y trabajadoras de la economía popular y de los movimientos de desocupados que se organizan para transformar la realidad en la que viven.
Por otra parte, debemos como clase trabajadora organizada, abrir los brazos a los sectores productivos que miran hacia adentro, que no especulan, que necesitan del compre nacional para poder mejorar sus condiciones de vida.
Esto es volver a instalar un proyecto nacional que mire a su pueblo y donde aquellos que generamos la riqueza seamos los protagonistas centrales.

¿Cómo sería el armado que proponés?

Entendemos que es necesario volver a poner de pie una propuesta de salida a la crisis donde la clase trabajadora tenga opinión. Hoy no hay ninguna oferta electoral, y esto incluye al Frente Patriótico que se está armando, donde la clase trabajadora tenga un peso específico hacia el interior del armado.
Nosotros pretendemos incorporarnos en el Frente desde esa perspectiva, la de aportar una propuesta desde los trabajadores y trabajadoras, como ha sido tradición en nuestro país.
El peronismo en la Argentina en su momento de esplendor fue tal, porque cogobernó el movimiento obrero organizado. En el primer gobierno de Perón, el gobernador de Salta fue un enfermero empírico afiliado a ATE que junto a Carrillo erradicaron enfermedades que hacía siglos existían en la zona.
Desde esa perspectiva nos incorporamos al Frente Patriótico. Debemos abrir la puerta a todos aquellos que puedan aportar, más allá de su lugar de militancia de base. Debemos construir unidad en torno a propuestas y no a siglas o aparatos.
A partir de esta incursión nuestra y de otros actores, debemos establecer un consenso desde quienes pertenecemos a la clase trabajadora para aportar puntos concretos a la propuesta del Frente.

¿Con la incorporación de otros sectores de trabajadores, se puede pensar en un Frente Amplio a la uruguaya o un PT a la Brasil?

Esta es una discusión de larga data: si hay que construir un partido de los trabajadores o si los trabajadores organizados deben encolumnarse en un movimiento nacional. Creo que la política se dirime en varios ámbitos. Los que pertenecemos a un sindicato dirimimos la relación de fuerzas en los sectores de trabajo. Otro de los ámbitos es la sociedad y otro el campo electoral.
Por lo tanto, creo que la Argentina debe poner de pie una corriente de opinión y acción política desde la clase trabajadora que tenga una estrategia consciente para dar la pelea en los tres ámbitos y construir unidad con otros sectores.
Esto quiere decir que el partido político es un instrumento en el plano electoral, pero el sindicato es un instrumento en el plano de la disputa cotidiana para mejorar las condiciones laborales. La central de trabajadores es un instrumento para poner de pie una propuesta con centralidad en la clase.
Hay que recuperar una estrategia de poder de la clase trabajadora que nos permita volver a tener una incidencia concreta en el escenario político nacional. Es necesaria una estrategia de poder que ponga prioridades.
La riquísima historia de nuestros compañeros y compañeras del campo nacional y popular debe ser puesta al servicio de una mirada superadora de las parcialidades y los cachitos que representan cada uno de ellos.

¿Cuál es tu mirada del parlamento?

En el parlamento están todas las fuerzas representadas, desde los empresarios hasta los trabajadores. Es hora que tengamos una estrategia única. Ese es el paso que debemos dar. Y el Frente Patriótico puede darnos esa posibilidad, porque nos permite derrotar a Macri pero también poner en debate el proyecto de país que necesitamos en el tiempo que viene.
Hay que ir a convencer a la gente. Uno es lo que representa. La inmensa mayoría de nuestro pueblo pelea pero sobrevive, no lo enamora ningún proyecto político. Nadie lo enamora. El desafío político que tenemos es recuperar un proyecto político que vuelva a enamorar a nuestro pueblo.

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Un pueblo que pelea y propone

Alguna vez, cuando tuve la oportunidad, jamás pensada, de ir a la OIT en representación de los trabajadores estatales, un dirigente español, me preguntó: “Y como andan ustedes los argentinos que resuelven todo en la calle?’ Entonces le pregunté por qué me decía eso, y me respondió “Porque sí, porque ustedes tienen un problema con un pozo en una en la calle y salen a pelear, están frente a una situación de gatillo fácil y salen a pelear”.
Quienes pertenecemos a una corriente sindical actual que intenta recuperar las mejores tradiciones del movimiento obrero, resistiendo y transformando esa resistencia en iniciativa política, sabemos que nuestro pueblo es formidable, que nuestro pueblo pelea. Claro que hay que pelear, porque si no peleamos nos pasan a degüello, pero ellos saben que cuando hay ajuste el pueblo argentino pelea. Lo tiene claro. Por eso no quieren evitar nuestras luchas, quieren fragmentarlas, atomizarlas, para que cada uno pelee por su lado. Para que los auxiliares de educación peleen por un lado, los docentes peleen por el otro, los padres y alumnos por el otro….y si se enfrentan mejor.
No quieren evitar que luchemos, ellos aprendieron que cuando hay ajuste el pueblo lucha, por eso nos quieren divididos con la intención de transformar a la lucha en derrota y así que se convierta en desesperanza.
Y cuando nos cala la desesperanza dejamos de pelear por vivir mejor y peleamos por sobrevivir.
Por eso, a ese escenario de fragmentación, a ese escenario de atomización lo tenemos que enfrentar con la unidad más amplia en las calles como le venimos haciendo desde que Macri asumió el gobierno.
Ahora, en esta etapa las organizaciones populares -políticas, sociales y sindicales- tenemos además que asumir el compromiso de construir un proyecto político que vuelva a enamorar a ese pueblo e integre esas luchas cotidianas para llevarlas a la ofensiva.
Tenemos que recuperar la capacidad propositiva que vuelva a enamorar a nuestro pueblo.

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Fueron por todo, pero no los dejamos

En 2017, en octubre con las elecciones legislativas, se convirtieron en una fuerza nacional, ganaron en todo el país. Se sentían con poder para ir por todo.
En esos meses de 2017 pensaban brindar con la reforma laboral, con la armonización del IPS para aumentar la edad jubilatoria y bajar los haberes, soñaban con un Astillero Naval Río Santiago cerrado o convertido en una mínima expresión, soñaban con una reforma de la seguridad social que fuera un trámite y terminó siendo un problema con un costo político a escala planetaria.
Pero, como hubo unidad, masividad y consenso en la sociedad no pudieron convertir en ley la reforma laboral, no pudieron armonizar el IPS, y no pudieron cerrar el Astillero Naval Río Santiago.
La conclusión es clara: nuestro pueblo pelea, pero en algunas ocasiones vota a los verdugos. Por eso hoy, a esa premisa de pueblo luchador por sus derechos, hoy tenemos que agregarle la unidad y la masividad necesarias para hacer retroceder al poder.
Ellos ya decidieron, van a saquear al país hasta el último día de gestión.
Por eso tenemos que estar en la calle hasta ese último día de gestión.
No tenemos que esperar hasta octubre como votantes pasivos, sino que tenemos que construir un octubre con movilización popular para derrotar a Macri en las urnas y también para poner de pie a un pueblo que exige un cambio de políticas y no solamente un cambio de nombres.

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“Hay que derrotar a Macri,
pero no alcanza solo con eso”

Si no derrotamos a Macri cualquier teoría, cualquier reflexión, pasa a ser solo para ser contada a nuestros nietos. Si es que sobrevivimos.
Hay que derrotarlo a Macri como condición necesaria, pero no alcanza solo con eso. Yo soy de los que creen que la realidad puede ser transformada de raíz solo si los trabajadores y trabajadoras organizados somos protagonistas de la historia.
No queremos que nos representen, queremos ejercer nuestro espacio de representación frentista abriendo los brazos y corazones a todas las fuerzas productivas que piensen en un país inclusivo.
Pero no hay liberación de un país si no hay centralidad de la clase trabajadora, en quienes forjamos la riqueza cotidianamente.
Se habló de 10 puntos y es muy importante, pero queremos entrar a este frente desde las mejores tradiciones del movimiento obrero. Venimos con el legado de Huerta Grande, 1° de mayo, los 26 puntos de la CGT de Ubaldini, el seguro de empleo y formación, la asignación a la niñez, la asignación a la vejez de aquella poderosa CTA de los 90.
Cuando el movimiento obrero argentino cogobernó este país, la mayoría de la riqueza era destinada a los que trabajan, cuando cogobernó este país teníamos la certeza de que éramos obreros industriales y que nuestros hijos iban a ser profesionales y cuando nos fuéramos de esta vida ellos iban a estar mejor que nosotros. En ese tiempo el gobernador de Salta era un enfermero empírico de ATE y junto a Carrillo eliminaron de esa zona todas las enfermedades que hubo por años.
Por eso, nos sumamos a este frente con la humildad que traemos los que trabajamos todos los días y con la convicción de que venimos a ser protagonistas de la historia presente y de la que viene. Porque los trabajadores y trabajadoras en este país tenemos que gobernar la riqueza que generamos.

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