Para el mundo en Argentina existen unas 114 mil personas ricas en el país que tienen cada una mas de un millon de dolares. Sin embargo, para nuestra AFIP solo hay 32 mil. El motivo? Lo habitual está en la evasión impositiva y la fuga de capitales para que nada quede registrado.
En este tema también nuestro compañero Claudio Lozano ha tenido en este semestre una activa participación en la elaboración de materiales de análisis para develar el entramado de tanta estafa. Para él, existen tres columnas para impugnar la Deuda, y, también para conocer los nombres de los bonistas a quienes él país les debe y, de paso, para elaborar un ajustado listado para determinar a quienes se les debe cobrar el impuesto a la riqueza que discute el Congreso.
Los ítems para ese análisis son estos:
1.- Conocer los bancos que colocaron la deuda argentina, que fueron elegidos a dedo, y dar a conocer a quienes le colocaron ese adeudamiento,,
2.- Saber quienes fueron los funcionarios relacionados a esos bancos.
3.- Con ese listado de quienes se llevaron divisas, comprobar enormes coincidencias.
“Los que tendrían que estar preocupados por el default son los acreedores”. La fuga de capitales durante el gobierno de Macri superó los US$ 86.000 millones y más de la mitad quedó en manos del 1% de los compradores.
Hasta ahora el informe del BCRA no ha publicado la lista de los grandes fugadores, sino los montos de esa fuga: “De aproximadamente 100.000 millones de dólares de nueva deuda pública a partir de la gestión Macri, 86.000 millones se fugaron en el conjunto del período”, explica el miembro del directorio del Banco Nación.
Los dos primeros años el endeudamiento tuvieron una dinámica de saqueo de divisas que se aceleró a partir del 2018. De esos U$S 86.000 millones, unos 67.000 millones fueron sacados por el 1% de las empresas y de las personas físicas.
“Sería muy recomendable que el Congreso, en el marco del debate del impuesto a las grandes fortunas, tome el listado de quienes fugaron como parte de lo que hay que incorporar en el impuesto para afrontar la emergencia sanitaria y las políticas públicas que hay que llevar adelante”
Un proyecto impulsado por legisladores del Frente de Todos en la Comisión Bicameral de Deudas, busca conocer esta lista de fugadores que incluye personas jurídicas, empresas y bancos, que en muchos casos accedieron a los bonos “a dedo” y no por licitación. Es necesario saber qué funcionarios intervinieron y sus vínculos con los bancos, para deducir “tráfico de influencia, connivencia, incumpliendo de normas legales existentes para endeudar al Estado» y así “impugnar parte de la deuda”.
“Aquellos que pudieron hacer beneficios con el endeudamiento tendrán que cargar con el costo de afrontar los pagos sobre la base de una contribución especial impositiva asociada a los recursos que generaron en base a la deuda”
En su momento, desde el IPyPP y Unidad Popular, Lozano impulsó una denuncia penal contra el gobierno de Macri por el acuerdo, ya que el FMI no puede prestar dinero a países en situación de fuga. Si bien ahora hay un “default consensuado” en el marco de la restructuración de la deuda, Argentina está en default desde el 2018 cuando tuvo que acudir al organismo internacional para financiar la bicicleta financiera. Por lo tanto, “si decidiera suspender pagos y acompañar a las regulaciones, no debiera tener ningún problema adicional al que ya tiene”.
En este contexto de caída mundial de la economía por la pandemia del coronavirus, no tan es preocupante la cesación de pagos para el gobierno como para los acreedores: “Hay empresas, Estados, familias que no pueden devolver deuda en el marco de un mundo que funciona en base al endeudamiento explosivo y eso es lo que está en discusión en este contexto” remarcó el economista.
Cien apellidos
Durante finales de mayo, el periodista Horacio Verbitsky develó los nombres de las 100 personas físicas que fugaron millones con la venia de la gestión de Mauricio Macri, en un informe que hasta ahora nadie desmintió.
En la cima indiscutida de la lista de fugadores se ubicó la familia Eskenazi, que lideró el ranking con los 40,5 millones de Enrique y los 29 millones de su hijo Matías Eskenazi Storey. No obstante, no son los únicos que aparecen en la lista y si se agregan las sumas sus otros hijos Sebastián Eskenazi Storey,(18,2 millones) y Valeria Eskenazide Storey, (7,8 millones) y de Esteban Eskenazi, (7,4 millones), la cifra asciende a más de 100 millones de dólares que desaparecieron del mercado productivo.
Otra familia empresaria que atesoró fortunas gracias a la vista gorda del macrismo fueron los Werthein. Gerardo, titular del Comité Olímpico Argentino y con una pasiva actitud frente a los intentos del exgobierno de llevarse puesto el CENARD para realizar negocios inmobiliarios, sacó del país 11,8 millones de dólares del país. Sus primos Daniel y Adrián fugaron 6,3 y 5,5 millones cada uno. Daniel es el que más vínculo activó mostró con el macrismo, al participar del lanzamiento de campaña del dirigente de Cambiemos en 2019.
Otro lugar destacado en la lista lo tiene la familia Ick. Entre Néstor Carlos Ick y su hijo Gustavo sacaron 43 millones. Quizás no tan popular como las anteriores, los Ick construyeron un imperio mediático en la provincia de Santiago del Estero.
También resaltan en la lista los banqueros, grandes constructores de la ingeniería necesaria para la fuga. Allí figuran Pablo Gutiérrez, vicepresidente del Grupo Galicia, con 13,3 millones de dólares, y el presidente del banco, Eduardo Escasany, con 5,5 millones. Pilar Supervielle, del Banco Internacional Exprinter, sacó del país 8,7 millones, Mientras que José Alberto Benegas Lynch, directivo de ADEBA y del Banco CMF, no escatimó y fugó unos 14 millones de dólares.
En ese pelotón también se ubicó Sebastián Salaber Blaquier Vasena Estrugamou, presidente del Banco de Valores y del Grupo de Valores. Poco parece importarle la economía cuando se trata del manejo de su dinero, ya que fugó 6,5 millones.
Otros rubros donde se concentra la fuga son los empresarios del juego, los supermercadistas y del mundo de las energías renovables. En este último sector aparecen Guillermo Reca (8,2 millones) socio de Nicolás Caputo en SADESA, al igual que Eduardo Escasany.