Por Nicolás Poggi
Pensado como emblema de la actual gestión de gobierno, el Gasoducto Néstor Kirchner (NK) busca traer soluciones a un problema histórico del país: el traslado de gas licuado a todas las regiones del país. A partir del impulso del yacimiento petrolífero de Vaca Muerta -esa gran promesa ubicada en Neuquén- esta obra evitaría, además, la importación de ese producto.
Ese objetivo está atado, a su vez, a una aspiración de máxima del Gobierno argentino: la soberanía energética, al menos en cuanto a gas se refiere. Un horizonte que no debe confundirse necesariamente con el autoabastecimiento, aunque ambos estén ligados y la discusión pareciera no estar saldada.
La distinción la aclara Gabriela Rijter, directora de Energías Renovables de la Secretaría de Energía de la Nación: “La ‘soberanía energética’ sería el poder total sobre los recursos estratégicos y naturales de tu país, como la energía”, le dijo la funcionaria a Malas Palabras. El autoabastecimiento energético, actualmente tendencia en el mundo por ser más “práctico” en épocas de globalización y comercio internacional, implica una “balanza comercial equilibrada”, apuntó Rijter. Esto es, una armonía entre exportaciones e importaciones.
En todo caso, la prioridad de una obra de las dimensiones del Gasoducto NK -que va a trascender en su alcance a la administración actual- es cubrir la totalidad del consumo domiciliario de gas, en un momento de discusión renovada sobre el precio que deben tener esos servicios en los hogares.
Con ayuda de las renovables
Ahora bien, ¿cuánto acerca el Gasoducto NK al objetivo del autoabastecimiento energético? Para Julián Rojo, economista de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y director del equipo técnico del Instituto Argentino de la Energía “General Mosconi”, la obra podría alcanzar “eventualmente” la cobertura total de gas para la población, aunque no en el corto plazo ni tampoco el año que viene.
“Con el primer tramo de la obra no se llega al autoabastecimiento, va a ser necesario importar”, explicó Rojo en diálogo con Malas Palabras. El economista aclaró que, de todos modos, no es tan relevante dejar de importar gas, sino que lo más importante es que la producción argentina no caiga y que se pueda evacuar el producto a todos los centros de consumo del país.
Para Rojo, “si reemplazamos importaciones es espectacular, pero tampoco es muy importante si en el invierno hay que importar marginalmente un poco de gas”.
En la misma línea, Rijter sostuvo que “si se incorporan energías renovables y hay inversiones en infraestructura para líneas de alta tensión, no estamos lejos del autoabastecimiento”. Por “energías renovables” se entiende a la eólica, solar, bioenergía y minihidroeléctrica.
El uso de esas energías, además, viene registrando un crecimiento sostenido en el país. Según explicó Rijter, “de todo lo que consumíamos en 2015, menos del 2 por ciento venía de fuentes renovables; en 2021 cerramos en 13 por ciento”.
En qué consiste la obra
El gasoducto NK conectará Vaca Muerta con la localidad bonaerense de Salliqueló, en el interior de la provincia de Buenos Aires. Está pensado para funcionar plenamente en 2023, aunque esas proyecciones quedan atadas a los tiempos de avance de las obras.
Además del objetivo del autoabastecimiento para los hogares del país, se busca mejorar la competitividad de los sectores productivos, que recibirán el gas sin que el país tenga que importarlo, y ayudará a trazar, como una de las principales aspiraciones, la exportación del remanente de Gas Natural Licuado (GNL).
El presidente Alberto Fernández firmó el 10 de agosto la puesta en marcha del primer tramo de las obras, que atravesarán cuatro provincias. La segunda etapa, que aún está pendiente de licitación, prevé que la tubería se extienda hasta el sur de la provincia de Santa Fe.
Planificada y desarrollada por la empresa estatal Energía Argentina, la construcción para este primer tramo estará a cargo de las firmas del sector privado Pampa Energía, Sacde y Techint.
Si se cumpliera el plazo de finalización de esa parte de la obra antes del próximo invierno, como está previsto, el país podría ahorrarse más de 2.200 millones de dólares al año en importaciones de combustibles y subsidios, según estimaciones del Ministerio de Economía.
Proyecciones
Como Vaca Muerta no se encuentra en la zona tradicional de traslado de gas, el objetivo de esta obra es habilitar el transporte del producto desde el oeste a otras regiones del país, del mismo modo en que lo hacen otros gasoductos ubicados en distintos puntos del mapa.
“Como no hay gasoductos en el oeste, se busca compensar desde ahí lo que no se puede mandar desde el sur, y que viene decreciendo año a año por motivos naturales de las propias cuencas del lugar”, expuso Rojo a modo de ejemplo.
Coincide con esa mirada expectante el especialista en energía Andrés Repar, que fue vicepresidente de Enargas desde 1997 hasta 2002 y actualmente es vicepresidente del Instituto de Energía Scalabrini Ortíz (IESO), una ONG que se dedica a estudios energéticos.
Consultado por Malas Palabras, Repar definió al gasoducto de Vaca Muerta como una “obra extraordinaria” que resultará “fundamental” para el desarrollo nacional. “Cuando esté completa, y junto a otras obras colaterales, va a permitir llevar gas hacia la zona norte, y además facilitará que se abra una cantidad de mercados que, en gran parte, van a pasar por este gasoducto”, analizó.
La obra del NK forma parte de un proyecto de mayor alcance que es el Sistema de Gasoductos Transport.ar Producción Nacional, que incluye también a los gasoductos del norte y que fue puesto en marcha para ampliar las capacidades tanto de transporte como de exportación de gas.
¿Se puede soñar entonces con exportar GNL al mundo? Para Rojo, sería “complicado” porque hay que competir con vendedores masivos como Qatar, Nigeria y Estados Unidos, por lo que lo más accesible, por ahora, sería comerciar primero con Chile, luego Brasil y, finalmente, con el resto del mundo.
En estos momentos, Europa necesita gas ante la “interrupción del suministro de Rusia por la guerra en Ucrania”, acotó Repar. O sea que las posibilidades están sobre la mesa y apuntan a Vaca Muerta. Sería como una conquista desde el oeste.