Por Mariana Portilla
Foto: Télam
Pasaron 17 años de aquel 5 de noviembre de 2005 cuando el por entonces presidente venezolano Hugo Chávez gritó desde el escenario montado en el Estadio Mundialista de Mar del Plata la ya emblemática frase “ALCA, ALCA, al carajo”, la síntesis perfecta del rechazo latinoamericano a la creación de un mercado para la libre competencia, desde Alaska a Tierra del Fuego, con la eliminación de barreras arancelarias y la liberalización de servicios.
El Tratado de Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), impulsado por los Estados Unidos y con el apoyo de Canadá y México, implicaba para la región una amenaza para la capacidad de poner en práctica políticas que reactiven la economía local, promuevan el desarrollo económico y la integración social.
Así lo entendieron los presidentes Néstor Kirchner, Lula da Silva y Hugo Chávez quienes marcaron el punto de partida del proyecto emancipador de la Patria Grande en un intento por romper la hegemonía norteamericana en nuestro continente.
Se abría un capítulo en la historia de la soberanía latina. Una historia que confluyó el 5 de noviembre en la III Cumbre de los Pueblos para disputar una agenda social y política con el fin de articular las luchas contra los programas neoliberales que intentaban imponerse en la región.
El presidente George Bush debió irse de Argentina con las manos vacías. “Su intención de revivir el cadáver del ALCA fue derrotada ampliamente, en una combinación de la acción de los pueblos y la resistencia de algunos gobiernos latinoamericanos a ceder a los chantajes y presiones de otros gobiernos de la región subordinados a Estados Unidos”, recuerda Héctor de la Cueva en su trabajo “El ALCA no pasó”.
EL SUR CAMINA
Aquella fue una victoria de la Campaña Continental contra el ALCA. El sur estaba en movimiento, caminaba rumbo a la reconfiguración de la Patria Grande.
“La primera reflexión que se me viene a la cabeza es que se puede. No sin un trabajo, sin una articulación previa. En 1994 comenzó todo un proceso desde el campo popular en contra del libre comercio a lo largo y ancho de nuestro continente. Kirchner, Lula y Chávez expresaron la voluntad del pueblo que se negaba a la brutalidad de un tratado de libre comercio de esta magnitud. Pensemos que Estados Unidos y Canadá representan más del 70 por ciento del PBI de América, por lo que resultaba absolutamente asimétrico un tratado de libre comercio entre nuestros países y ellos”, dijo a Malas Palabras Julio Fuentes, presidente de la Confederación Latinoamericana y del Caribe de Trabajadores Estatales (CLATE).
El dirigente destacó la alianza antiliberal que permitió unificar la voz de América Latina y el Caribe, aunque reconoció que entre las deudas pendientes está la integración de los trabajadores: “Le pedimos a los gobiernos que se junten, pero nosotros no nos juntamos”.
Asimismo, consideró que no alcanza con construir organizaciones gubernamentales sin construir organizaciones con capacidad de resolver problemas concretos, “como tener un banco común porque nuestros países tienen serios problemas de créditos”.
OTRA AMÉRICA ES POSIBLE
Fernando Huanacuni, coordinador de Runasur y ex canciller de Bolivia, analizó para Malas Palabras el suceso que constituyó un hito en la región: “La frase de Hugo Chávez fue de pura valentía y hasta hoy nos está mostrando que a través de la unidad se consiguen posturas históricas”.
-¿Qué reflexión hace a 17 años del No al ALCA?
A inicios del siglo XXI coincidió una generación importante de líderes como Hugo Chávez, Lula da Silva, Néstor Kirchner, Rafael Correa, Fernando Lugo, “Pepe” Mujica, Cristina Fernández y Evo Morales, una generación que logró una articulación ideológica entre los gobiernos y que coincide el 5 de noviembre en Mar del Plata.
-¿Considera que esa fecha fue un punto de inflexión que demostró nuestra fortaleza como región?
Sí, porque el consenso ideológico entre la generación de líderes de la región fue fundamental para defender la soberanía y la dignidad de los pueblos. ¿Y cuál fue la respuesta del imperio? Arremeter contra el sistema democrático, generando golpes congresales y judiciales que sacó a los líderes históricos de ese tiempo, generando a través del gobierno de derecha la apertura de los mercados con la Alianza del Pacífico y el Grupo de Lima.
– ¿Se abre un nuevo escenario tras la victoria de Lula en Brasil para la reconfiguración de la Patria Grande?
Viene una etapa que nos pone nuevamente en un lineamiento de gobiernos populares con Pedro Castillo en Perú, Gabriel Boric en Chile, Gustavo Petro en Colombia, Andrés Manuel López Obrador en México y Lula en Brasil.
Con esta reconfiguración la región tendría nuevamente que decir No al ALCA ya desde las relaciones bilaterales que, de alguna manera, han introducido el este proceso de apertura del libre comercio. Va a ser una nueva etapa para solucionar el contraataque del imperio que defenestró los gobiernos de los grandes liderazgos.
«ESTE MOVIMIENTO DEBE SER ANTICAPITALISTA»
Con la participación de representantes sociales de 14 países latinoamericanos quedó formalmente constituida la Runasur, el espacio regional creado por el ex presidente boliviano Evo Morales luego del golpe de Estado en su contra que busca construir una América Plurinacional, de los pueblos para los pueblos.
El encuentro tuvo lugar el sábado 5 y el domingo 6 de noviembre en el Club del Banco Nación, en Vicente López, y contó además con la presencia de referentes de la CTA Autónoma, la CTA de los Trabajadores y la CGT.
“Este movimiento social, cultural, obrero debe ser anticapitalista y antiimperialista”, expresó Morales. Por su parte, Hugo “Cachorro” Godoy, secretario general de la CTA Autónoma, recordó los 17 años del No al ALCA y aseguró que “poner en marcha está organización, es también un homenaje a los compañeros que se levantaron contra el imperio”.
“Los intereses hegemónicos del imperio no van a cesar, por eso, el Runasur es un espacio de fortalecimiento, de cuidado, de defensa de los procesos democráticos populares. Todos somos llamados a defender esta etapa favorable para la región”, finalizó Fernando Huanacuni.