Alemania (María Zanetti, 2023)
Por Edu Guzman (@soloenelcine)
En medio de la incertidumbre y la parálisis del Instituto Nacional de Artes Audiovisuales (INCAA), el cine nacional desde la asunción del sigue dando muestra de su valor: durante el mes de abril se estrenó en cines Alemania, ópera prima de María Zanetti, una coproducción argentino-española. Con matices autobiográficos, la película cuenta la historia de Lola, una adolescente que, en medio de una situación familiar delicada, desea realizar un viaje de intercambio escolar al país germano.
En un televisor de no muy grandes dimensiones, Lola, su mamá y su abuela están viendo el final de la película Camila (1985) de María Luisa Bemberg, y acto seguido las vemos jugando al Burako. Un llamado interrumpe la diversión y la mamá de Lola informa con un aire apagado en su gesto que tienen que volver a casa. Está claro que algo ha pasado aunque da la sensación de no ser del todo inesperado. Ya en su hogar, una serie de indicios van a desembocar en uno de los temas centrales de la película: Julieta, la hermana mayor de Lola, padece algún tipo de trastorno psiquiátrico y está teniendo un episodio maníaco. En ese contexto, Lola deberá ocuparse de su hermano pequeño mientras sus padres intentan que su hija tome una medicación.
Entre el drama familiar y la coming of age, con sutiles toques de comedia, la historia se irá desplegando siempre desde el punto de vista de Lola, una chica de 16 años sociable y empática, con algunos problemas de rendimiento escolar interpretada de gran manera por Maite Aguilar. Así se entreveran cuestiones típicas de la edad como el descubrimiento de la propia identidad, las peleas con los padres, las primeras diferencias con las amistades de la infancia, el deseo sexual con las propias de la situación de la protagonista como su temor de tener el mismo padecimiento que su hermana y la necesidad de hacer su vida sin sentir la responsabilidad de tener que cuidar de los otros. De fondo asoman el conurbano norte bonaerense, más específicamente Villa Ballester y los estertores de la experiencia menemista hacia finales de los años noventa. Es muy lograda la recreación de la época, un poco mediante lo que fue el acceso a bienes de consumo importados como golosinas o las famosas papas de tubo; o una excursión a la galería Bond Street, ícono de la cultura alternativa de esos años, a la vez que se pueden ver indicios de la crisis económica del país en una mención a una fábrica que ya no tienen y en la puesta en venta de la casa familiar.
El viaje a Alemania aparece para Lola como anhelo de aventura y como posibilidad de distancia y tiempo para sí misma, por ello su determinación a hacerlo es tan marcada pese a los reparos de sus padres, que siempre parecen cansados, urgidos económicamente, y con el fantasma de una posible internación de Julieta rondando cerca. Sin embargo, pese a todas las dificultades, hay una suerte de perseverancia amorosa que se puede percibir en pequeños detalles, miradas, nada grandilocuente, en esta más que auspiciosa primera película de María Zanetti.