Aproximación al mapa de las principales fuerzas políticas que disputan el gobierno de cara a las PASO. Cómo impacta el factor Massa en las organizaciones del campo popular.
Por Redacción Malas Palabras
Collage: Adictos Gráficos
El cierre de listas de los principales competidores por la presidencia de Argentina formalizó el desplazamiento hacia la derecha de la agenda política. El giro conservador ya venía anticipándose a partir del crecimiento de figuras opositoras abiertamente de derecha y el ajuste social del gobierno producto del acuerdo con el Fondo Monetaria Internacional.
Tras el anuncio de los candidatos, el mapa de actores políticos se reconfiguran de cara a las PASO. Recorreremos brevemente la posición y voluntades de las principales fuerzas políticas que detentan la victoria electoral en las próximas elecciones nacionales.
DERECHA EXPLÍCITA
En Juntos por el Cambio (JxC), la principal fuerza de la oposición, el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, acompañado por el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, se medirá contra la dupla de la Patricia Bullrich, ex ministra de Seguridad de Cambiemos, y Luis Petri, autor de la ley Chocobar.
Ninguna de esas dos expresiones -sumada a la del economista libertario Javier Milei– oculta que, en caso de ganar las elecciones, se implementará un severo ajuste de impacto directo sobre el pueblo trabajador, promoviendo abiertamente una reducción de la intervención estatal, menores regulaciones económicas y una reforma laboral de corte flexibilizadora.
La solución a la resistencia que pudieran generar cualquier medida antipopular será la represión, como ya demostró Morales en Jujuy durante las brutales jornadas de protesta contra la reforma constitucional de esa provincia. La elección de Morales para acompañar a Rodríguez Larreta fue una ratificación de la hoja de ruta que pretende la derecha argentina en caso de acceder al poder. Nada es casual en política.
UNIÓN POR LA PATRIA
El gran factor sorpresa del cierre de listas fue el anuncio contra reloj de la fórmula Sergio Massa-Agustín Rossi dentro del espacio de Unión por la Patria.
Massa, el arribista del poder (como se titula su biografía no autorizada), generó además incomodidades dentro del gran espacio de la UxP. Es que su gestión al frente del Ministerio de Economía de la Nación se anota medidas de ajustes del gasto público, recortes de fondos a ministerios y al universo de planes sociales y jubilaciones, y la quita de subsidios a empresas energéticas que derivó en aumento de tarifas. Una serie de decisiones que forman parte del plan de pago con el FMI, convalidando el acuerdo que fue principal tema de discordia puertas adentro de la coalición.
Al anuncio de la formula Massa Rossi, inicialmente ungida como de unidad, le siguió la ratificación de la candidatura de Juan Grabois . Brevemente fuera de juego luego del experimento “Wado” De Pedro, el dirigente social no aceptó la propuesta de unidad y volvió a subirse sobre el filo del cierre inscribiendo su fórmula junto a Paula Abal Medina para competir en las PASO en representación de los hijos de la “generación diezmada”. La lista de Grabois representa así una trinchera de resistencia para todos aquellos inconformes con la candidatura de Massa.
DISCONFORMES
Por detrás de la fórmula Grabois se ubican las organizaciones que conforman el frente Patria Grande. En su plataforma, esta organización propone luchar “contra todas las formas de exclusión social” con trabajo garantizado, vivienda y tierra apta para la producción y mediante una justa redistribución de la riqueza.
Pero las organizaciones de Patria Grande no fueron las únicas disconformes con la postulación de Massa. Unidad Popular, el partido de Claudio Lozano, anunció que tampoco acompañará la “sorpresiva e inconsulta” unción presidencial del ministro de Economía, sobre quien avizoran que “profundizará el ajuste con el FMI”.
“Seguiremos confrontando con las propuestas de ajuste y saqueo en la decisión de que, más temprano que tarde, podamos alumbrar una propuesta nacional que democratice nuestra sociedad, redistribuya los ingresos y la riqueza y promueva un nuevo modelo productivo que respete la dimensión ambiental”, definió Lozano en un comunicado.
El anuncio de Massa generó también distanciamientos hasta en referentes del kirchnerismo que lo ven más como un adversario que como un aliado. “Su consagración como candidato presidencial supone un giro conservador”, advirtió Elizabeth Gómez Alcorta, ex ministra de las Mujeres, Géneros y Diversidad del gobierno de Alberto Fernández.
A esas manifestaciones se sumó Alicia Castro, ex diputada y ex embajadora del kirchnerismo ante el Reino Unido y Venezuela: “Ojalá me hubiera equivocado. Alberto Fernández fue un error histórico y Massa es otro. La consecuencia de las relaciones carnales con Estados Unidos van logrando lo que se propusieron: terminar con el kirchnerismo”, repudió.
UNA UNIDAD UN POCO INCÓMODA
Frente a la posibilidad de un triunfo opositor, la postulación del binomio Massa-Rossi abrió un escenario de exigida unidad dentro del espacio de UxP.
Dentro del sindicalismo quedaron algunos heridos. Hugo Moyano, el líder de Camioneros que 48 horas antes del cierre de listas había sido ungido por Daniel Scioli como precandidato a primer diputado nacional, en una plataforma que al final nunca nació. Mientras Moyano padre se sumaba a las filas del sciolismo, intentando hacer pie nuevamente en la política partidaria, su hijo Pablo recibía a De Pedro en la sede del gremio.
El reemplazo de “Wado” por Massa tampoco fue una mala noticia para el menor del clan Moyano, quien apoyó la fórmula de consenso a través de un comunicado de la CGT firmado también por Héctor Daer y Carlos Acuña. “Hemos bregado incansablemente por la unidad; cuando el peronismo fue unido ganó las elecciones«, remarcó la central.
Uno de los pocos dirigentes sindicales de peso que sacó rédito del acuerdo fue Mario “Paco” Manrique, líder del Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor (Smata), que ocupará el tercer lugar en la lista de candidatos a diputados nacionales detrás de Máximo Kirchner y Victoria Tolosa Paz.
Del lado de la CTA el apoyo a la fórmula oficialista llegó con advertencia incluida. «Militar por esta lista no implica firmarle un cheque en blanco”, dijo Hugo Yasky, secretario general de la central. Con un tono mucho más conciliador, Juan Carlos Alderete, referente de la Corriente Clasista y Combativa (CCC), aseguró que la lista está consolidada y destacó la figura del ministro de Economía: “No es un sapo, hay que acompañar y ver quién está enfrente”.
Por el lado del Movimiento Evita la discusión está empantanada. “Hay compañeros que están contentos con la precandidatura de Massa, otros están conformes, otros no tanto, a otros no les gusta. Los acuerdos nunca dejan conforme a todos, esto es un paso hacia un acuerdo superior que es la posibilidad de votar”, dijo Fernando “Chino” Navarro, uno de los máximos referentes del espacio.
EL CAMINO DE LA PROTESTA
Pese a las definiciones electorales, la agenda de demandas de las organizaciones del campo popular sigue vigente. La gran demostración de unidad del pasado 18 de mayo así lo demuestra: organizaciones como la CTA Autónoma (CTA-A), la Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Tierra (UTEP), la Corriente Clasista y Combativa (CCC), Unidad Piquetera, el Frente de Organizaciones en Lucha (FOL), el Frente Patria Grande y el Frente Milagro Sala, entre otras, concentraron en las calles de Buenos Aires “Contra el hambre y pobreza, por trabajo y salario”
“Hay cuatro millones y medio de argentinos a los que no les alcanza ni para comer. Si desde el pueblo no tomamos las calles dejamos que sigan avanzando las políticas antipopulares. Nosotros vamos a luchar para que no vuelva el macrismo, pero necesitamos respuestas ya mismo”, había advertido por entonces Hugo “Cachorro” Godoy, secretario general de ambas organizaciones.
En tiempos de profunda crisis social, la fuerza popular organizada y en las calles será protagonista y marcará el límite a las políticas conservadoras de cualquiera sea la fórmula ganadora de las próximas elecciones nacionales.