Para el candidato a senador nacional por la provincia de Buenos Aires, por el Frente Socialista y Popular, el principal objetivo de las próximas elecciones debería ser, además de castigar al gobierno por sus políticas de ajuste, poder cambiar la relación de fuerzas en cada legislatura. “Hay ajustadores de casi todos los partidos, no solo del oficialismo, y eso es lo que debemos cambiar”, aseguró durante una larga entrevista, que aquí compartimos.
(Producción de Pablo Bassi para Canal Abierto)
“El caso de la provincia de Buenos Aires es un ejemplo: el presupuesto aprobado contó con el aval de los bloques que consensuaron ese ajuste, pero que ahora pareciera que se enfrentan. Ahí levantaron sus brazos el PRO, los radicales, el Frente para la Victoria, el massismo, el GEN y todos los demás ajustadores. Y eso también pasó en otras provincias, aún las no gobernadas por el macrismo.
Entonces, los ajustadores están todos lados y eso es lo que deberíamos cambiar en estos comicios.
Por eso para nosotros es muy importante saber que como mínimo el 65 por ciento de la población va a votar contra la política de Vidal.
Ahora bien, dentro de ese 65 por ciento muchos votarán contra Vidal pero pareciera que les da lo mismo que en sus boletas estén esos ajustadores que también votaron las leyes de Cambiemos, y que antes con hipocresía y corrupción durante 12 años también ajustaron mientras decían que no se podía hacer otra cosa.
Pero también se puede votar por los sueños, que es lo que impulsamos. Es decir por una alternativa diferente a esta falsa disyuntiva de otra vez plantearnos que solo se puede votar por lo posible”.
Tanto desde el kirchnerismo como Cambiemos apuestan a que la elección se polarice. Sin embargo, según las primeras encuestas, hay más de un 40 por ciento que no votará a ninguna de esas dos opciones….
La mayoría de nuestro pueblo no llega a fin de mes. O sea su principal problema en la vida es como le busca solución a eso, como genera un proyecto que apunte a su felicidad y a la construcción de su futuro. Entonces con su voto busca, en primer lugar, el rechazo a esa realidad que debe vivir. Es más, pienso que una gran parte de ese 40 por ciento que no cree demasiado que la votación va a incidir en su vida, que le va a cambiar su realidad. La política ha perdido en demasiada cantidad de personas una expectativa de mejor vida propia en la mayoría de la población. Hay una gran parte de ese 40 por ciento que aún hoy está discutiendo en su interior si sirve para algo o no participar con el voto. Y ese es el desafío nuestro para abrir una brecha: frente a la desesperanza y la desilusión, construir una alternativa diferente. Por eso para mi es un orgullo que ya no solo se haya consolidado el Frente Popular que veníamos construyendo junto al PTP de Juan Carlos Alderete y Emancipación Sur de Claudio Giorno y Silvia Baffigi, sino que ahora se haya unido a los esfuerzos del Partido Socialista para darle forma al Frente Socialista y Popular que se presentará en agosto. Es más, la existencia de 1794 candidatos y candidatas en 70 distritos bonaerense, con 824 son mujeres, con 556 jóvenes, demuestran que hay muchas personas que eligen poner su esfuerzo, su tiempo, su prestigio. Algunos son sindicalistas, otros estudiantes, otros hombres y mujeres de la cultura, referentes de los movimientos sociales, trabajadores y profesionales de las más variadas disciplinas y oficios.
El contexto es parecido a lo vivido en los 90, cuando la CTA emergió como la organización que mejor enfrentó al menemismo?
La CTA no fue el único sector que resistió en los 90. De hecho, los resultados posteriores demuestran que también existieron otros sectores y otras expectativas políticas. Desde aquel fracaso que fue la Alianza, que primero buscó ser una alternativa electoral, para luego ir a buscar a Cavallo a que le planifique la economía, hasta por ejemplo el MTA que luego llegó a conducir la CGT. Lo que sí fue la CTA no solo un espacio de los que creíamos que se podía enfrentar el neoliberalismo, sino de los que creíamos que se podía construir una nueva sociedad. Por eso elevamos una alternativa que sostuvo las banderas de libertad y democracia sindical que hoy siguen vigentes más que nunca y que son banderas que posibilitaron que se hable de una sola clase de trabajadores. No importaba si pertenecían al sector más beneficiado de la economía, o hasta si tenían seguridad en el trabajo o eran contratados, sino que también se los podía encontrar en los barrios, aún en condición de desocupados o semiocupados.
Ese cambio cualitativo en el concepto, significó quizá nuestro mayor aporte.
Así confluimos con muchos, hasta la crisis del 2001 y no solo en nuestro país sino en el resto de América, para abrir una instancia diferente a la década neoliberal.
Creo que a partir de ahí cambió la etapa y ya dejó de ser ‘nos juntamos porque estamos en contra de esto’. En los ’90 había muchos argentinos creía en serio que estábamos yendo rumbo al primer mundo, y otros que nos uníamos para enfrentar todo eso.
A partir del 2001 empezó el debate respecto de cómo se construye una alternativa diferente. Ahí llego el kirchnerismo, que recuperó al Justicialismo vencido, lo puso otra vez en escena. Y ahora, después de la derrota del posibilismo que dejó ese tiempo, la novedad fue la irrupción del PRO para vencer a la idea del bipartidismo de aquel entonces, o para construir otro bipartidismo.
Ante eso, el desafío es construir una instancia distinta a ambos, que aún no tiene el nombre que será el definitivo, sino que se va construyendo en diferentes espacios.
A mí me pasa algo que resulta tragicómico: pido en los actos que levanten la mano aquellos que han participado en una marcha o una protesta en los últimos meses, y ahí todos la levantan. Pero luego cuando pido que levanten la mano quienes hayan ocupado un cargo público, la levanto yo que fui diputado y algún otro más. O sea, los que resistimos no gobernamos. Y eso es lo que hay que cambiar: tenemos que gobernar los que somos capaces de resistir, porque sino nada cambiará en el fondo.
Que heredó Vidal del gobierno de Scioli
¡¡5.368.000 pobres!! ¡¡Y Vidal ya le agregó 800 mil!……Cientos de miles de desocupados y Vidal ya le agregó otros 180 mil. Cuando uno empieza a escarbar, ve que la continuidad al gobierno de Scioli es el gobierno de Vidal. Y esto ocurre en todos los aspectos. En el endeudamiento, en la crisis sanitaria, en la educativa, en la cuestión de la seguridad. En todos los niveles, cuando uno analiza a fondo verificará que esto es un ajuste sin anestesia, pero que no es más que la continuidad de una política que veníamos padeciendo en la provincia.
Un ejemplo: según lo ordenaba una ley, Scioli tendría que haber cumplido en 2010 con la puesta en marcha del 30 por ciento de las escuelas con doble escolaridad. Cientos de miles de puestos de trabajo y pibes contenidos y educándose. Sin embargo, en 2015 se fue con solo el 2 por ciento de las escuelas con ese régimen, y en su mayoría del ámbito privado. Hoy 2017, no cambió nada. O sea, Scioli destruyó la educación y Vidal la continúa. Hoy la mitad de los pibes no terminan el secundario. Se insiste con que hay un millón de pibes que ni estudian, ni trabajan, pero la realidad es que hay un millón de pibes que no estudian, pero que buscan trabajo y no lo encuentran. El 50 por ciento de las personas que buscan trabajo son jóvenes. Se desesperan por construir un futuro, pero no lo pueden hacer, no los dejan.
O sea, continúa la política del ajuste, pero también de concentración y extranjerización de la riqueza. La provincia de Buenos Aires aporta casi el 40 por ciento del producto bruto del país, y en esa geografía ¡de las 25 empresas que más se llevan esa riqueza, 21 son extranjeras!
Y ahora, el endeudamiento de Macri les enseña el camino. El problema no es en sí tomar deuda, sino no para qué es esa deuda. Imaginemos que esa deuda fuera para construir casas junto a los movimientos sociales, o escuelas u hospitales. No, va a las grandes constructoras que lo destinan a maquinarias, no a más empleos. O sea, trabajan para beneficiar a esos grupos económicos
Y, en consecuencia, por qué cosas se debe votar?
En este momento político, ya hemos demostrado que sabemos construir resistencia, pero aún nos falta construir una alternativa propia para gobernarnos a nosotros mismos. Esa construcción, nos exige quitarnos esa atadura de que no se puede hacer otra cosa que la conocida. Claro que se puede!!! Lo aprendí como diputado. Nosotros abrimos el esquema de audiencias públicas y nuestras leyes se armaban con la participación de la gente. Por eso cuando los compañeros me preguntan cuáles van a ser nuestras propuestas para cada distrito, yo les contento que le pregunten a la gente en los barrrios cuáles deben ser. Que escuchen sus voces y sus propuestas, porque de allí salen las mejores ideas para verdaderas políticas públicas en beneficio de todos.
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PING PONG
Astilleros y Río Turbio: “Hay una política nacional para comprar buques en el extranjero, desviando esa ganancia al exterior, en lugar de hacerlo más barato y con trabajo capacitado y tecnología argentina. Hace muchos años que el Astillero Río Santiago está siendo vaciado. Lo hacía Scioli y lo sigue haciendo Vidal. Algo parecido pasó en Río Turbio donde se invertía dinero durante el gobierno anterior, pero en lugar de destinarlo al trabajo se lo hacía en un circuito de corrupción que hoy está siendo investigado. Algo similar va a aparecer prontamente también en el Astillero. Ahora, también digamos que ese argumento de la corrupción va a ser utilizado por el actual gobierno para justificar su intento de cerrar tanto a Astillero, como a Río Turbio, porque esa es la política extranjerizante que quieren imponer. Nosotros, en cambio, ya hemos presentado una propuesta en el Congreso, junto a los trabajadores de Astilleros, pero en beneficio de todos los obreros navales para la recuperación del Fondo de la Marina Mercante que permita renovar gran parte de la flota pesquera nacional, para luego recupera también la reserva de carga, que es algo a lo que renunció en los ’90. Es un vergüenza que Menem lo haya decidido, pero también que los gobiernos posteriores no lo hayan rectificado”.
Coparticipación federal. “Buenos Aires aporta casi un 40 por ciento de ese fondo, pero recibe mucha menos proporción. Por eso hay que ir a un nuevo pacto federal, pero también ir a una nueva política impositiva interior. Por ejemplo, Macri en su primer decreto favoreció a todos los agroexportadoras con una enorme trasferencia de dinero. Un 35 por ciento de ellos están en territorio bonaerense, ahora la provincia vía impuestos y el resto de sus habitantes no vieron nada de esos dineros. Otra, los puertos bonaerenses, son los que más trabajan y más ganan, y, entonces, eso debería aportarle beneficios al Estado, por vía impositiva, que luego derivaría en beneficios para el resto con mejoras para la salud, la educación, la vivienda y la generación de empleos, por ejemplo”.
La Bonaerense. “Son muy positivas algunas cosas que ha encarado la gobernadora Vidal, tratando de cortar la corrupción en la Policía bonaerense. Con la Comisión Provincial por la Memoria de la que soy parte, estuvimos con ella, y le dijimos que era muy valiente intentar cambiar esa matriz delictiva. Ahora también le dijimos algo que veníamos denunciando antes y que se mantiene ahora, y que tiene que ver con el hacinamiento, las torturas y el maltrato en las cárceles bonaerenses. Una condición deplorable, que hoy sigue creciendo, tanto en los penales, como en las comisarías. Como también crece una actitud persecutoria hacia los más jóvenes y hacia los trabajadores que cada vez más son reprimidos. A la seguridad hay que pensarla desde varios ejes, distintos a los que hoy se discuten. Busquen en el Google cuáles son los países más seguros del mundo, y van a encontrar que aparecerá el mismo listado de países que también tienen salud para todos, educación para todos y trabajo para todos. Los países más igualitarios, son también los más seguros.