ENTREVISTA A ADRIÁN CANNELLOTTO, RECTOR DE LA UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA NACIONAL (UNIPE).
La interrupción de la presencialidad puso en tensión al sistema educativo. Más de 1 millón de chicos y chicas se desvincularon de las aulas en todos los niveles. El gran desafío pedagógico de la post-pandemia: cómo revincularlos con la educación.
Por Mariana Portilla
La pandemia puso en evidencia de una manera muy cruel las desigualdades sociales, la pobreza y la indigencia. Según cifras derivadas de la Evaluación Nacional del Proceso de Continuidad Pedagógica, realizada por el Ministerio de Educación de la Nación en junio de 2020, 1.1 millón de chicas y chicos se desvincularon de las aulas con la interrupción de las clases presenciales. Para marzo de este año, 376.532 alumnos de todos los niveles habían sido revinculados, es decir, apenas un tercio del total. “El Ministerio está tratando de que vuelvan los chicos que se desconectaron de la escuela. Ese es el primer gran desafío: cómo reconectarlos con la educación”, sostiene Adrián Cannellotto, rector de la Universidad Pedagógica Nacional (UNIPE), en diálogo con Malas Palabras.
-¿Cómo trabajan las universidades en la revinculación de los estudiantes que dejaron la escuela?
El Ministerio de Educación de la Nación viene trabajando el programa “Volvé a la Escuela” con las provincias, las escuelas y los movimientos sociales en una serie de mecanismos para volver a llevar a los chicos a las aulas, más aún teniendo en cuenta este contexto social y económico complejo. En el plano pedagógico trata de contribuir con los equipos directivos para acompañar el proceso de recuperación de conocimientos que quedaron, de algún modo, menos fijados en los alumnos.
La revinculación es un trabajo de todo el sistema educativo y las universidades también desarrollamos distintas acciones. Desde UNIPE nos propusimos trabajar a través de una diplomatura con la Asociación Trabajadores del Estado ATE para formar a referentes territoriales que tienen a su cargo revincular a los chicos con la escuela, acompañarlos en el armado de la rutina y en el desarrollo de las tareas, para que tengan herramientas relacionadas con los derechos, las cuestiones de género y lo pedagógico. También trabajamos en diplomaturas específicas con docentes abocados a vincularse con los sectores sociales más golpeados y produjimos materiales para los cuadernillos que se utilizaron durante la pandemia.
-¿Qué aspectos del sistema educativo puso en evidencia la pandemia?
La pandemia interrumpió cierta organicidad interactiva entre enseñar y aprender. Los docentes tuvieron que responder en la urgencia, sin los materiales necesarios. Se volcaron hacia la transmisión de determinados contenidos y estuvieron menos atentos a los aprendizajes de los estudiantes. Por otro lado, se puso en evidencia la complejidad del oficio del estudiante. Los padres se dieron cuenta que enseñar es complicado, porque pueden ser ingenieros que saben matemáticas, pero no tienen las herramientas específicas para enseñarle a su hijo.
-¿Cuán complejo es el oficio del estudiante en el contexto escolar?
Tiene diversos grados de complejidad y no se adquiere de una vez y para siempre. Requiere una práctica casi cotidiana y está muy involucrado el cuerpo a cuerpo. Por eso, donde más dificultades hubo fue en la escuela primaria. El oficio del estudiante tiene que ser algo constituido institucionalmente.
-La pandemia también puso de manifiesto el rol social del docente…
Claro, porque los docentes no son sustancias ahistóricas y desconectadas de la social. Ser maestro es estar involucrado en un contexto social, político, histórico y estar condicionado por esas variables. Con lo cual se puso en evidencia algo que ya sabíamos, pero lo mirábamos desinteresadamente, si se quiere: cuando uno cruza la heterogeneidad del aula, la complejidad de los estudiantes y trama propuestas para que esos alumnos diversos se conecten y accedan a los conocimientos, la enseñanza adquiere un carácter conjetural e hipotético.
También esto refuerza la idea de que sirven muy poco las recetas para que los docentes funcionen a control remoto. Se requiere de un trabajo serio, colectivo e institucional.
BRECHA DIGITAL
Otra de las cuestiones que puso en tensión la pandemia fue la desigualdad en el acceso a los dispositivos tecnológicos y a una buena conexión a internet para aprender y enseñar.
En el tercer trimestre de 2019, el 48,7% de los alumnos de entre 5 y 17 años no contaba con una computadora, según estadísticas del Observatorio de la Deuda Social Argentina. En tanto, en 2018, el Observatorio Argentinos por la Educación estudió «grandes disparidades en el nivel de conectividad de las provincias» donde un tercio o más de los estudiantes no contaba con conexión en su casa.
“Necesitamos otra ecuación entre Estado, educación y tecnología. Y es aquí donde se abre un nuevo paréntesis: los maestros son facilitadores, son quienes hacen un trabajo de mediación entre los objetos escolares, los conocimientos y los estudiantes”, destaca Cannellotto.
FINANCIAMIENTO UNIVERSITARIO EN LA POST PANDEMIA
Hacia finales de diciembre del año pasado, la oposición rechazó en el Congreso de la Nación el Presupuesto 2022 enviado por el Gobierno de Alberto Fernández. Esto complicó a las universidades públicas nacionales, ya que “nos dejaron sin margen de previsibilidad para trabajar a lo largo del año“. No contar con una Ley de Leyes “se traduce inmediatamente en un retroceso tanto para sus programas de desarrollo institucional, como para sostener el derecho a la educación superior que venimos defendiendo”, sostiene el rector de la UNIPE.
Esto, sumado a las estadísticas que recopila el Atlas de la Educación Argentina publicado por la UNIPE y Le Monde en 2019, durante el gobierno de Cambiemos la educación argentina fue un 20 por ciento más pobre que en 2016: sus recursos pasaron de un 7,1% a un 5,5% del presupuesto nacional. “La caída en la inversión se pudo constatar también en infraestructura y equipamiento, en educación técnica, en educación inicial y en formación docente”, recapitula Cannellotto.
-¿Les sorprendió que la oposición no haya acompañado la iniciativa?
Sí, porque son los primeros que dicen defender la República. Mucho más teniendo en cuenta el contexto económico que vivimos y que ellos son responsables del endeudamiento.