El dólar barato es consecuencia de una fuerte intervención estatal. La distorsión monetaria modifica los paisajes económicos para una parte de la sociedad que, en el inminente verano, tendrá accesible las playas de Brasil mientras, a nivel doméstico, se desploma la economía real. Opinan los economistas Noelia Abbate y Ricardo Arriazu; y Maria Castiglioni de la consultora C&T.
Por Luciana Glezer
Afirmar que el dólar está barato o caro en términos absolutos encierra una falacia. El precio ordenador del resto de la economía se desprende de variables que definen políticamente ganadores y perdedores del modelo económico. Entonces, ¿el dólar está caro o barato? La respuesta, necesariamente, depende de para quién y en relación a qué.
De un lado y del otro de la biblioteca coinciden en que el precio del dólar hoy no puede escindirse de la inflación y el cepo cambiario. En efecto, el gobierno evita la devaluación para sortear un traslado a precios y evita abrir el cepo para que no se le dispare la cotización de la divisa.
La economista Noelia Abbate de Flacso considera, sin lugar a dudas, que hay atraso cambiario. “El dólar barato funciona como ancla antiinflacionaria”, destaca la especialista. Abbate explica que el precio de dólar esta intervenido. “La puja por el tipo de cambio no es solo económica sino también política” describe Abbate que señala la política del crawiling peg como la decisión de mantener el dólar por debajo del nivel general de precios.
Una primera conclusión es que el precio del dólar, caro o barato, está intervenido ciento por ciento por el gobierno. El poder de fuego viene por el lado de la liquidez producto del blanqueo, que sumó USD 20.000 millones al sistema financiero, para sorpresa de propios y ajenos. El aluvión de billetes hizo bajar el tipo de cambio paralelo a mínimos históricos.
La economista Noelia Abbate de Flacso considera sin lugar a dudas que hay atraso cambiario. “El dólar barato funciona como ancla antiinflacionaria”, destaca la especialista. Abbate explica que el precio de dólar esta intervenido”.
Es cierto es que este dólar, que se mueve por debajo del nivel de precios promedio, le sirve al Gobierno para desacelerar la inflación, pero tiene su lado b: la valorización financiera como consecuencia del diferencial respecto a la tasa de interés en pesos, el famoso carry trade.
“El dólar de punta a punta se mueve 2% y ganó casi 4% apostando en el mismo período en pesos. En 30 días puedo comprar más dólares”, gráfica un operador financiero.
Burbuja verde
Con un criterio distinto a la primera fuente consultada, Maria Castiglioni de la consultora C&T asegura que: “Hoy no hay una necesidad de devaluar desde el punto de vista de la demanda y oferta de dólares. Devaluar en Argentina no resuelve los problemas. Puede dar oxígeno en el corto plazo, pero mete presión sobre los precios y afecta las cuentas fiscales”.
Sin embargo, una pista más certera respecto a la solidez de este esquema muestra que el 90% de la liquidez volcada a instrumentos financieros pueden venderse en la misma jornada, lo que constituye la operación conocida como “market money”. En tanto, el resto de las apuestas, vence previo a las elecciones legislativas.
«Hoy no hay una necesidad de devaluar desde el punto de vista de la demanda y oferta de dólares. Devaluar en Argentina no resuelve los problemas. Puede dar oxígeno en el corto plazo, pero mete presión sobre los precios y afecta las cuentas fiscales»
Maria Castiglioni, consultora C&T .
Según Abbate, la aparente calma de los mercados financieros “no es más que una ilusión transitoria”. Hasta acá, el ganador evidente es el sector financiero. Pero, el cuadro de situación se complejiza.
«Si ustedes le preguntaban a la gente el año pasado, ¿cómo estaba el tipo de cambio real, atrasado o adelantado? Todo el mundo decía atrasado. Y las tarifas, atrasadas. Y los salarios, atrasados. Sí, bueno, pero la economía sólo fija precios relativos. Entonces, ¿cuál está adelantado? Lo que llaman atrasado es con respecto a su aspiración. Y su aspiración es el máximo precio relativo histórico. O sea, que es una imposibilidad. Pero, lo intentan en lo que yo llamo la calesita de precios relativos», explica el economista liberal y ultra ortodoxo Ricardo Arriazu.
De esto se desprende un dato preliminar para continuar con el análisis. No hay una única respuesta para determinar el precio del dólar. La pregunta sobre la existencia de un tipo de cambio de equilibrio conduce a un recorrido minucioso por la anatomía de la dinámica económica argentina.
En condiciones normales de presión y temperatura, un dólar “barato” alienta importaciones que se abaratan y afecta la balanza comercial porque las exportaciones se vuelven menos competitivas, se encarecen.
El mejor ejemplo para esto es Brasil, nuestro principal socio comercial. El real se devalúa casi un 30% en lo que va del 2024, en tanto el peso argentino acumula una apreciación significativa que lo ubica en los niveles de noviembre del 2023.
Pobres pero en Río
La consecuencia palpable es el «efecto caipirinha». Las playas de Florianópolis y Río de Janeiro repletas de argentinos. Sin embargo, el golpe a la macroeconomía de Milei de tipo de cambio semi fijo, de una devaluación fuerte del real, tiene un efecto dominó difícil de dimensionar. Pero, no son pocos los que creen que si ocurre, forzaría a Milei y Caputo a pasar a un régimen de libre flotación. De hecho, la Convertibilidad de Menem y Cavallo recibió su certificado de defunción luego de una histórica devaluación del real.
Lo que sucede es que los empresarios locales supieron acumular la expertise suficiente para salir ganando aún en medio de la catástrofe. Así se manifiesta en tres tipos de maniobras financieras: las exportadoras adelantan el pago de exportaciones para hacer rendir sus pesos ‘haciendo tasa’ con el carry trade.
Con los importadores ocurre algo similar pero a la inversa, postergan el pago de sus compras externas para aprovechar el diferencial entre la tasa en pesos y la devaluación. La tercera estrategia la siguieron empresas con acceso al crédito bancario en dólares, que prefieren tomar préstamos en moneda extranjera en lugar de pesos.
Gracias a estos tres tipos de valorización financiera, la demanda privada de dólares en el MLC fue menor a la oferta, permitiendo al BCRA comprarla diferencia.
Según el último Informe Mercado de Capitales, realizado por PwC Argentina, octubre fue el mes con la mayor cantidad de emisiones de deuda corporativa desde el año 2015, tanto en volumen como en montos nominales, captando un total de 231.581 millones de dólares y 2.284 millones de dólare distribuidos en 16 Fideicomisos Financieros y 45 Obligaciones Negociables.
Como sea, la dependencia de un ingreso constante de dólares al sistema torna a la economía vulnerable ante un contexto internacional adverso o una corrida. El BCRA no tiene reservas para afrontar una situación de tensión, ya que continúa en terreno negativo. Al 30 de noviembre, las reservas netas de depósitos del Tesoro y de BOPREALES se ubicó en USD -9.057 millones, según el mecanismo contable que utiliza el FMI. La sostenibilidad de este esquema se pone en juego en la capacidad de acumular reservas.
La dependencia de un ingreso constante de USD al sistema torna a la economía vulnerable ante un contexto internacional adverso o una corrida. El BCRA no tiene reservas para afrontar una situación de tensión, ya que continúa en terreno negativo.