Por José María Barbano.- Los que estamos acostumbrados a complicados cómputos para llegar a fin de mes, entendemos que haya gente preocupada cuando se trata de llegar a fin de año. Cualquier jefe/a de familia responsable de la meta mensual, no entiende la irresponsabilidad de quienes son responsables de los cálculos para llegar al 31 de diciembre.
La noticia pasó desapercibida, como todo dato que no trasciende el párrafo o la placa veloz de algún programa exclusivo del tema ecológico. La información señaló el 8 de agosto 2016 como el “Día del Sobregiro de la Tierra” o, para decirlo de modo que se entienda poco y preocupe menos: “Earth Overshoot Day”.
Según estudios de ONGs dedicadas al tema, universidades y dependencias gubernamentales, (con sus respectivas siglas), el 8 de agosto terminaron de consumirse todas las reservas que el planeta es capaz de producir, de manera natural, en el término de un año. En consecuencia, hasta el 31 de diciembre no nos queda otra que vivir de prestado, gastando recursos del año próximo.
Aclarando: Los que hemos tenido que acudir a créditos, generosos en condiciones, (sólo DNI y recibo), y espléndidos en fijar intereses, sabemos que vivir de crédito es más duro que privarse del consumo.
Entonces, no podemos sospechar qué nos pedirá la Tierra por los cuatro meses acreditados automáticamente. Para el caso, los censores nos anticipan “penuria de agua, desertificación, erosión del suelo, caída de la productividad agrícola y de las reservas de peces, deforestación, desaparición de especies…”.
“La naturaleza no es un yacimiento en el que podamos extraer recursos indefinidamente “, advierten.
Al indicador utilizado para este cálculo le dicen “huella ecológica”: calcula el impacto ambiental “generado por la demanda humana de los recursos existentes en los ecosistemas del planeta, relacionándola con la capacidad ecológica de la Tierra de regenerar sus recursos.
Representa el área de tierra o agua ecológicamente productivos (cultivos, pastos, bosques o ecosistemas acuáticos) e idealmente también el volumen de aire, necesarios para generar recursos y además para asimilar los residuos producidos por cada población determinada de acuerdo a su modo de vida”.
La medición puede realizarse a diferentes escalas: individuo (la huella ecológica de una persona), poblaciones (la huella ecológica de una ciudad, de una región, de un país…), comunidades (la huella ecológica de las sociedades agrícolas, industrializadas, etc.).
La noticia – nos preocupe más, o menos – señala que cada año la fecha tope del consumo se cumple más anticipadamente: para el caso, seis días antes de la registrada el año pasado.
De continuar este ritmo, antes de medio siglo nos harán falta dos planetas completos para satisfacer la demanda.
Vivir de crédito es caro.
El desfasaje económico se busca superar con paritarias, marchas, cacerolazos, subsidios… Todas presiones que no acepta la Tierra.
Se sabe, además, que también en esta clase de asuntos, los sectores que toman el crédito y los que lo pagan, no son los mismos.