(Canal Abierto) Un estudio reciente del Observatorio de Medicamentos como Bien Social integrado por el área Salud del Instituto de Estado y Participación (IDEP Salud) de la Asociación Trabajadores del Estado y el Instituto de Estudios y Formación de la CTA-Autónoma expone un aumento descontextualizado de los precios de los medicamentos que se utilizan para pacientes graves de coronavirus. La muestra señala que desde marzo de 2020 hasta marzo de 2021 el precio de esos insumos subió 278%, casi siete veces más que la inflación en el mismo lapso de tiempo.
El trabajo advierte sobre “el comportamiento de la industria farmacéutica como uno de los actores más beneficiados por la pandemia que, lejos de sumarse a esa cascada solidaria y colectiva, especuló y aún especula con el aumento de la demanda de los bienes esenciales necesarios para atenderla”.
Los medicamentos considerados esenciales fueron obtenidos a partir de los listados de los fármacos propuestos por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y por aquellos establecidos por el Gobierno Nacional como Medicamentos e Insumos Críticos para este contexto, que derivaron en regulaciones en sus precios. Se trata de Atracurio, Atropina, Dexametasona, Enoxaparina, Epinefrina, Fentanilo, Heparina Sódica, Ipratropio bromuro, Midazolam, Noreprinefrina, Oxígeno, Pancuronio, Propofol.
Los laboratorios proveedores son, entre otros, Fada Pharma (Atropina), Richet (Dexametasona), Sanofi-Aventis (Enoxaparina), Duncan (Epinefrina), Richmond (Heparina Sódica), Lafedar (Ipratropio bromuro), Norgreen (Midazolam), Biol (Norepinefrina), Gasol Platense (Oxígeno) y Fresenius (Propofol).
Tomando como base el precio en el período Marzo 2020-Marzo 2021, se evidencia un incremento promedio porcentual del 278% en este conjunto de medicamentos, mientras que los remedios ambulatorios de consumo general solo aumentaron un 60%, también por encima de la inflación pero lejos del desproporcionado incremento que sufrieron los fármacos más requeridos en esta etapa. El rango de este resultado es sumamente amplio, ya que si se toma el caso del Midazolam, por ejemplo, se encuentran variaciones de más del 1000% en un año.
Si se considerará específicamente la categoría “Productos medicinales, artefactos y equipos para la salud” que el INDEC contempla para el análisis de la inflación del sector Salud, se observa que para el período de estudio se registró en estos productos una inflación de 49,8%, siendo la brecha respecto a la suba promedio de precios de los medicamentos para UCI mayor a 5 veces.
Además, para acceder a algunos de estos medicamentos al precio indicado por el gobierno, la industria impone como condición la compra obligada de otros medicamentos de baja rotación y que presentan subas exponenciales en su precio.
“Esto da cuenta del gran poder de la industria y el poco margen de negociación que poseen los hospitales frente a esta situación; obligándolos así a sobre-stockearse en productos que no consideran tan necesarios”, señala el relevamiento de IDEP-Salud y IEF.
Por otro lado, los valores de precios utilizados para el análisis fueron obtenidos de las licitaciones realizadas por hospitales públicos de la provincia de Buenos Aires, “donde por ser adquisiciones en grandes cantidades fue posible obtener mejores precios; y las adjudicaciones se realizaron a favor de aquellos proveedores que ofrecieron el menor precio, razón por la cual es de esperar que las variaciones en el mercado general sean aún mayores que las presentadas en este informe”.
Conclusiones
“El personal de salud, ha realizado sus mayores esfuerzos para atender a esta población, exponiendo a diario su propia vida. Esto se refleja en la ominosa cifra de 472 profesionales de la salud fallecidos cumpliendo sus labores a marzo 2021. Los movimientos sociales, sindicatos, docentes y estudiantes de las universidades públicas han aportado logística y personal a los diferentes programas propuestos por las provincias y los municipios, con el fin de colaborar en las campañas de detección y vacunación”, valoran los investigadores.
“Los trabajadores estatales cumplen sus labores en la logística de producción, distribución y dispensa de insumos, bienes y servicios necesarios para garantizar la atención a la población afectada. Sumado a los demás trabajadores esenciales que, directa o indirectamente, brindaron su aporte solidario para atenuar los efectos de la pandemia o de las medidas tomadas para mitigarla”, agregan.
“Al finalizar esta crisis, quedará en nuestro recuerdo, el período difícil que nos tocó vivir, la imagen de todos aquellos que hemos perdido por causa del virus, pero también el esfuerzo solidario de la mayoría de los argentinos y las argentinas para poder transitar esta pandemia de la mejor manera que nos fue posible. No obstante, no todos los sectores de la comunidad han acompañado los esfuerzos conjuntos realizados por la sociedad”
“La gran mayoría de los argentinos reaccionaron de manera solidaria y colectiva a los desafíos presentados por la pandemia. Sin embargo, existen minorías privilegiadas y/o especulativas que se aprovechan de la situación, generando dividendos a costa de los males que aquejan a nuestro pueblo”, sintetiza el informe, que finalmente concluye:
“Las leyes del mercado indican que la rentabilidad de un bien radica en la cantidad de unidades vendidas y en el precio de las mismas. En esta situación de pandemia, los insumos hospitalarios han visto incrementada exponencialmente su demanda y a la vez hemos presenciado un aumento irracional de estos bienes, por lo cual asistimos a un doble beneficio por colocar mayores volúmenes a mayores precios. Por esta razón, disponer de un Estado y políticas públicas puestas al servicio del colectivo de la sociedad se torna no solo en elemento necesario sino en un bien que se debe preservar y profundizar”.