Nuevamente, la demostración de la fuerza de los estudiantes y los trabajadores unidos se visibilizó en las calles de toda la Provincia. Esta vez, fueron miles los que salieron a reclamar por la implementación del boleto estudiantil, luego de que Vidal haya declarado que la Ley era “inaplicable”. Sin embargo, nadie que entienda un poco de política podría subestimar semejante suceso.
Por Julián Pilatti
La capacidad de convocatoria y movilización del Movimiento Estudiantil volvió a dejar su huella. El pasado viernes 6 de mayo miles de estudiantes, organizaciones sociales y políticas marcharon en toda la Provincia de Buenos Aires para exigirle a la gobernadora María Eugenia Vidal la implementación de la Ley por el Boleto estudiantil gratuito, sancionada el año pasado.
En la ciudad de La Plata se dio una de las jornadas más impresionantes, ya que es esta el centro con mayor organización estudiantil de la Provincia y quizás del país. La concentración se realizó en Plaza Moreno y después se marchó por la avenida 13 hasta llegar al edificio de Obras públicas, en 7 y 59, donde se cerró con un acto unificado.
El espíritu del “Cordobazo”
Una llovizna fina caía sobre la larga columna que se desplegaba por varias cuadras. Sin dudas una concentración mucho más masiva que la del pasado 14 de abril, donde ya se había reclamado por el boleto. El brutal ajuste económico y los tarifazos están poniendo en peligro la continuidad de muchos estudiantes a lo largo de la Provincia, que se ven obligados a dejar de estudiar por trabajo, ya que el costo de vida
es cada día un poco más asfixiante.
En este sentido la ley, ya sancionada a mediados del 2015 pero nunca en vigencia, se vuelve fundamental, ya que determina la gratuidad de 50 viajes mensuales para estudiantes secundarios, terciarios y universitarios. “Me tomo dos colectivos por día, a veces hasta cuatro. Por mes tengo que cargar al menos 100 pesos en la Sube. Además tengo un problema para caminar y eso me obliga a tomar el colectivo frecuentemente”, transmitía Sofía Porta, una estudiante de Trabajo Social.
“Esta marcha, a comparación de la del 14 de abril, es una marcha más provincial. Pero además creo que desde esa fecha a la de hoy, la bronca y la organización fue creciendo, por eso esta movilización es mucho más grande”, remarcó el Presidente de la Federación Universitaria de La Plata (FULP), Darío Estévez.
El dirigente cree que la educación pública será uno de los puntos más atacados en esta nueva etapa política, ya que a lo largo del país se viven duras luchas, como la de los docentes universitarios y el reciente desfinanciamiento de la Universidad pública. De todas formas, comparándolo con un símbolo histórico de la lucha por la educación, recordó: “Creo que hoy tenemos mucha más fuerza como campo popular de la que teníamos con la carpa blanca en los 90”. En este sentido, la unidad del movimiento estudiantil se vuelve fundamental para resistir el avance neoliberal de la Alianza Cambiemos, conducido por Mauricio Macri.
En una esquina se mezclan los cantos de la izquierda con la marcha peronista. La “Coordinadora Provincial por la Implementación del Boleto” fue una apuesta difícil que al fin se pudo lograr. En la marcha participaron los gremios más importantes como la FULP, pero también la FEC (Federación Estudiantil del Conurbano) y la CEB La Plata (Centro de Estudiantes de Base) que aglutina a casi todos los Centros de Estudiantes de la ciudad.
Sin embargo, también hubo un importante apoyo de los trabajadores, como una representación de los mejores tiempos, donde estudiantes y laburantes se unieron en las calles cordobesas para enfrentar a la dictadura militar de Onganía.
El Secretario general de Derechos Humanos de ATE, Emiliano Huervillo, expresó: “Hoy venimos a apoyar a todos los estudiantes, porque esta es una ley que se la merecen al igual que los trabajadores de la educación”. En sintonía, Mumi Aguirre –delegado de Educación y dirigente de la Unidad Popular (UP)- contó que “el año pasado desde la UP fuimos parte de la conquista de esta ley en Diputados. Sería algo histórico su aprobación, por la historia de esta lucha que comenzó en los 70´. Es una forma de disputar la distribución de las riquezas y volver a soñar y construir otro modelo de país”.
La historia se sigue escribiendo
Las constantes explosiones de bombas de estruendo dejan el inconfundible olor a pólvora en el aire. Encabezando la marcha, la batucada de la CTA se luce con ritmo candombero, un ritmo de lucha.
A pesar de los atrasos y alguna que otra desorganización, la movilización avanza por la ancha avenida 13 hacia el edificio de Obras Públicas, lugar emblemático de la lucha estudiantil, ya que allí en 1975 los jóvenes de la UES (Unión de Estudiantes Secundarios) habían encabezado una manifestación por el Boleto Estudiantil.
Al año siguiente con el golpe militar, diez de ellos fueron secuestrados en la llamada “Noche de los Lápices” y hoy seis permanecen desaparecidos.
Valentina Castro, integrante de la Comisión Directiva del Centro de Estudiantes “Incongruencia” del Normal N°1, expresó: “Nos sentimos super identificados, porque hoy sostenemos las mismas banderas que llevaban los pibes en los 70´. Pasaron muchos años y seguimos en la misma lucha”. La organización, además, reclama la solución edilicia de su colegio que actualmente tiene diez aulas inhabilitadas por malas condiciones. El presupuesto que se le había prometido por parte de Provincia aun no llega, a pesar de que el discurso de Cambiemos apunte a la “mejora de la educación”.
La masiva movilización también contó con la presencia de los trabajadores despedidos de Tec- Plata, que se acercaron con la esperanza de que el movimiento estudiantil también los acompañe para recuperar sus puestos de trabajo. La empresa yanqui-filipina instalada en Berisso hace cinco años, prometió miles de puestos laborales en la creación del puerto “más importante de la Provincia”.
“Hay 120 familias en la calle. Es una injusticia. Nosotros no nos queremos quedar sin trabajo, esta situación ya la vivimos en los 90 con nuestros viejos. Necesitamos el apoyo de los estudiantes, así como hoy nosotros los apoyamos a ellos”, explicaba así Damián Catanio, uno de los despedidos de Tec- Plata.
Esperanza en el medio de la noche
El crisol de colores, banderas y cantos llegó para el acto unificado en 7 y 59, cuando el sol iba cayendo. En el escenario tomó la palabra Emilce Moler, una de las sobrevivientes de la “noche de los lápices”. Los aplausos fueron para esos compañeros que dieron la vida por la transformación de un país. La lucha por el boleto iniciada en los 70´ había sido un símbolo de esa búsqueda militante.
A continuación siguió el Presidente de la FULP, Darío Estévez, quién remarcó la necesidad de unidad para resistir y avanzar en los “muy duros años que se nos vienen”.
El grito por la implementación de una Ley ya aprobada fue uno solo, y lo fue suficientemente grande como para que lo escuche la Gobernadora Vidal y también otros funcionarios del gobierno nacional.
Así como en la calurosa jornada del 24 de febrero, donde los trabajadores estatales convocados por ATE hicieron un paro nacional, como el 24 de marzo en el 40° aniversario del golpe de Estado, o en el pasado 29 de abril con la movilización unificada de todas las centrales gremiales del país, nuevamente la organización del pueblo se hizo presente en las calles y sembró esperanza.
Enfrente está la fuerza de los empresarios, de los tecnócratas y de la oligarquía argentina.
Es sabido, que ellos siempre avanzan sin vacilar y lo hacen unidos. El pueblo no puede estar disperso, entonces, frente a la avanzada de la derecha.
La única forma de dar verdadera pelea se logrará con estas demostraciones de fuerza popular en las calles.
La de los trabajadores y la de los estudiantes.
La del pueblo que no quiere perder sus derechos.