Retornando de Rosario, luego de empaparme de lo vivido en el Encuentro Nacional por la Niñez, la cabeza parecía estar inundada de frases, surgidas de interlocutores varios y hasta, en tantos casos, desconocidos.
En un alto de las deliberaciones el coordinador del Foro por la Niñez, Fito Aguirre, había calculado que cerca de un 60 por ciento de los muchos más de mil presentes se habían acercado por primera vez al ‘paraguas’ nacional que constituía el Encuentro.
Esa señal expresa claramente lo que se afirmó en el cónclave, en cuanto a la notoria necesidad que existe en todo el país de articular con otros la lucha por reconquistar derechos para el sector más vulnerable de la sociedad.
El dato reconocido hace un mes por el INDEC de que casi la mitad de los pibes y pibas de hasta 14 años son pobres, exime de mayores análisis a la hora de determinar para donde han ido las políticas gubernamentales. Tanto en los doce años de relato kirchnerista -más allá de ese mismo relato lo único cierto es que la mitad de los nacidos en su gestión viven mal-, como, ni que hablar, en estos meses de gobierno amarillo, cuando el crecimiento de la pobreza parece un tsunami.
En uno de los paneles, el titular de ATE, Hugo Godoy recordó sus inicios en el Estado, allá por los ’80 en un Instituto de Menores y ratificó lo que piensa desde esos tiempos: que los trabajadores, y en especial los estatales, no podemos estar ajenos a la pelea en defensa de los más pequeños.
Esa consigna de Cachorro llevó mi cabeza a algunos recuerdos personales, en otro sector del Estado como era Radio Provincia de Buenos Aires.
Mi cercanía afectiva previa con el entrañable Carlitos Cajade, me llevaba a mediados de los ’90 a tratar de reflejar seguido en el micrófono el drama que el cura batallaba incansablemente por visibilizar: la existencia de más y más pibes en la marginalidad, y de un Estado que miraba para otro lado. Puedo mencionar a Verónica Ducca y Ana Caccopardo, en el canal platense, y a alguna que otra FM más, como aliados para darle bola a la cuestión.
Ni pensar en encontrar espacios en los grandes medios. Eran tiempos del falso ‘primer mundo menemista’ y la cuestión no estaba en las agendas mediáticas. Simplemente, porque tampoco estaba en las preocupaciones prioritarias de la mayoría de los argentinos.
Hoy pasó demasiada agua por debajo del puente. Tanta que hasta hubo un momento luego del 2001 en que sí pareció que esos mismos argentinos no íbamos a permitir Nunca Más que un pibe tuviera hambre. O no tuviera futuro.
Pasó Néstor, pasó Cristina, pasó la Asignación por Hijo, pasaron las referencias a que ‘estamos gobernando para ellos’, llegó Macri con sus empresarios amigos en el poder y su promesa de ‘Pobreza Cero’… Y la pobreza sigue humillando al mismo tercio del país, y ¡a la mitad de los pibes!, como antes de que pasaran todos esos.
Rosario nos interpeló a todos. A los que estuvimos y a los que ni se enteraron.
Y, la verdad, salvo que seas una mierda, no podés seguir permitiendo que haya pibes y pibas que no puedan acceder a lo mismo que tenés vos.
Lo que alguna vez tuvieron….Cuando sí sentíamos que eran ‘los únicos privilegiados’.