Por Sofía Acosta
El Tribunal Oral en lo Criminal Federal (TOCF) 2 de San Martín condenó el 4 de julio a prisión perpetua a cuatro ex militares del Ejército por los llamados “Vuelos de la Muerte” de la última dictadura cívico-militar. Tristemente célebres, los operativos consistían en arrojar vivos y drogados al mar a detenidas y detenidos en centros clandestinos de detención. Los aviones de la Fuerza Aérea salían de Campo de Mayo.
Tanto el exjefe de Institutos Militares de esa guarnición, Santiago Omar Riveros, como otros tres ex militares del pabellón de aviación 601 -Luis del Valle Arce, Delsis Ángel Malacalza y Eduardo José María Lance- recibieron la máxima pena.
Históricamente, y acompañando las condenas, se resolvió remitir al Grupo Clarín los testimonios brindados en el debate para que “adecúen conforme a lo aquí resuelto la nota ‘Buscan a familiares de dos niños abandonados’”, del 24 de noviembre de 1977.
El diario Clarín señalaba en aquella nota: “Martín Sebastián y Adriana Arancibia son dos hermanitos de 5 y 3 años que el 11 de mayo se encontraron de pronto solos, sin entender nada de lo que pasaba a su alrededor. No conocían a nadie de ese mundo que caminaba de un lado para el otro”. Y agregaba: “La policía los encontró en Paseo Colón e Independencia. Los pequeños explicaron que vivían en Paseo Colón al 713, departamento 9F. Hacia allí se dirigieron las averiguaciones comprobándose que era cierto aunque en ese momento no había nadie”, decía la publicación.
“La condena de Campo de Mayo dice que Clarín tiene que ratificar una nota donde mencionaba que habían aparecido dos niños abandonados, cuando la realidad es que habían secuestrado y asesinado a sus padres. Clarín fue un instrumento clave para lo que fue la acción psicológica de normalización de los crímenes de la Dictadura y lo hizo conscientemente porque el diario tenía pleno conocimiento de lo que estaba sucediendo y nunca pidió disculpas”, señala Ari Lijalad, periodista y politólogo.
Roberto Ramón Arancibia era militante del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT). Su cuerpo apareció en la costa de Las Toninas en febrero de 1978, y fue enterrado como NN en el Cementerio de General Lavalle hasta que en 2009 fue Identificado por el Equipo Argentino de Antropología Forense. Durante el juicio, Adriana, su hija, la niña que aparecía en la noticia, compartió un recuerdo que la acompañó durante más de cuatro décadas: su deseo de ponerle «una curita» a su papá porque lo habían lastimado. La madre de los chicos, María Eugenia Zago, continúa desaparecida.
“Siempre pedimos penas pero también pedimos medidas de reparación. Y esta, para la familia Arancibia representa mucho. No eran dos niños perdidos, eran dos niños víctimas de delitos, cuyos padres habían sido secuestrados. Esto también es la pelea por la verdad. Ojalá se pudieran recibir en todo el país rectificaciones ordenadas por los tribunales, para que los medios hegemónicos y, sobre todo Clarín y La Nación, que fueron los diarios que más apoyaron a la dictadura, tengan que hacer, lo que debieron hacer en aquel momento: publicar la verdad”, señalaba Pablo Llonto, luego del veredicto, al medio La Retaguardia.
Iris Pereyra de Avellaneda fue secuestrada junto a su hijo Floreal en represalia a que su esposo escapara por los techos. A los tres días ella fue liberada, pero Floreal Avellaneda, que entonces tenía quince años, no. El cuerpo del “Negrito”, que militaba en la Federación Juvenil Comunista (FJC), apareció al mes en la costa uruguaya con signos de haber sido torturado. Se convirtió así en la víctima más joven de los vuelos de la muerte. El juicio se hizo en 2009 y fue el primero de la megacausa Campo de Mayo.
Iris es también Presidenta de la Liga Argentina por los Derechos Humanos (LADH). Hoy, tampoco cree que el gran diario argentino desmienta nada de lo publicado: “No creo que Clarín cumpla. Se sabe que Clarín jamás pide disculpas por nada. Si no se retractan de lo dicho habría que volver a hablar con los abogados y con los jueces, porque esto no puede quedar así. Los niños no fueron abandonados, fueron secuestrados”.
El día de la sentencia por los Vuelos de la Muerte, en el marco de la megacausa Campo de Mayo, Clarín publicó la condena a los ex militares, pero una vez más, omitió información: nada dice sobre la sentencia que ordena adecuar la noticia y contar la verdadera historia.
El diario líder no mira para atrás
Inspirada en la Doctrina de Seguridad Nacional, complementando la política represiva con técnicas de la “acción psicológica”, la dictadura cívico militar utilizó a los medios de comunicación como herramienta estratégica del Terrorismo de Estado. Sea para legitimar el discurso oficial, o silenciando, ocultando y tergiversando la información acerca de sus crímenes.
“Clarín pasó de titular el día del golpe ´Total normalidad´, a titular el día que terminó la dictadura ´llegamos´, como si nada. Nunca pidió perdón, por su participación activa en la última dictadura cívico-militar”, cuenta Lijalad.
Lijalad también recuerda una anécdota del periodista Carlos Ulanovsky cuando trabajaba para el Grupo Clarín: “Fue un tipo que laburó muchos años en el diario. Cuenta que publicó algo que había tenido un error y pidió publicar la fe de erratas. Su jefe de ese momento le dijo: ´El diario líder no mira para atrás´.