Por Carlos Fanjul .-
Un poco reflexionando en la arena y otro poco, menos placenteramente, frente a la computadora, me animo a percibir que el gobierno del consenso conservador que encabeza Mauricio Macri dedicó, y dedica, estos meses de altas temperaturas a elevarlas un poco más. Y lo hace disputando varios de los sentidos sociales por los que cree encontrar rendijas para afirmar su poder.Esto de ‘erro y retrocedo, porque me doy cuenta del error’ lejos está, como creen alguna voces, de constituir debilidades o incapacidades a la hora de gobernar.
Muy modestamente entiendo que el macrismo y sus múltiples aliados salieron estratégicamente a la cancha para avanzar en variadas formas de mirar la vida. Y hasta, en algunas, encontraron huequitos abiertos por donde entrar.
Deberíamos entender que es, una vez más, una especie de enfrentamiento entre ELLOS y NOSOTROS.
Un amplio escenario de combate en el que los poderosos (hoy en el gobierno, sin necesidad de gerentes intermediarios de los partidos tradicionales) buscaron marcar su supuesta ‘superioridad’ frente a los sectores más vulnerables de la sociedad.
Algo así como un ‘soy yo, el de los bolsillos llenos por tu laburo, el que te dice que no vales nada’.
Hermano del ‘no esistís’ de la época de Carlos Saúl 1º de La Rioja, no sonaron a otra cosa la repudiable discriminación para con extranjeros pobres, preferentemente bolivianos, peruanos o paraguayos. Aunque ahora también senegaleses u otros negros varios, resultan de utilidad.
Que otra cosa que hacerte sentir esa diferencia social fue la terrible represión desatada contra los mapuches del sur, que resisten al avasallamiento de otros extranjeros, pero en estos casos bien vistos por el macrismo porque son rubios y con billeteras cargadas.
O la nueva ofensiva –igual a la de todos los gobiernos anteriores- contra los pibes pobres y callejeros, que rápidamente promovió, como siempre, nuestra fuerte respuesta con la creación del espacio ‘No a la Baja’.
O las que se dan en el mundo del trabajo, con despidos que continúan, paritarias para que sigas perdiendo plata o nuevas ventajas para el mundo empresarial en desmedro de los laburantes que sufren accidentes de trabajo.
Pero atenti, también intentaron jugar en una cancha en la que perdieron y seguirán perdiendo por goleada: la de las violaciones a los Derechos Humanos.
Ahí quisieron discutir la cifra de desaparecidos, modificar el feriado del 24 de marzo o, ahora, con la detención del siniestro personaje del riñón K, el represor Milani, instalar la idea de que la defensa de los Derechos Humanos apenas es parte del destruido relato kirchnerista.
Y saben que: en esa cancha no podrán avanzar ni un metro.
Porque, tal vez a diferencia de los tópicos anteriores, ahí no hay debate en la sociedad: ya es parte de nuestra cultura popular que fueron 30 mil los desparecidos, que se trató de un genocidio y que por eso, igual, el 24 llenaremos la Plaza de Mayo.
Esa firmeza en la respuesta de la mayoría social, es la que se necesita en el resto de las cuestiones, en las que aún por desgracia persisten nuestras miserias.
Con firmeza, para que también sepan que por allí no pasarán…..