Por Carlos Fanjul.- El consenso conservador que gobierna la Argentina no para de tirar señales respecto de hacia donde está yendo, más allá de sostener a rajatablas esa onda pública de ‘paz, amor y hagamos las cosas juntos’ que inunda las pantallas.
Aunque Mauricio te sonría y te ponga cara de ‘somos buenos y pensamos en vos’ y a pesar de que la Vidal te mire con esa carita como triste y necesitada de ayuda, los amarillos no paran de dejarte sobre la mesa, como al pasar, un bocadillo difícil de digerir. Y que nos tiene que poner en alerta para que no nos devore las tripas.
Que otra cosa es sino eso esa especie de ‘estoy ocupado en cosas más importantes para todos Uds como para andar contabilizando bien la cantidad de argentinos desaparecidos’, sobre un tema que todavía hoy nos duele y que nos pone en guardia para que no continúe cierta tendencia de perdonar es divino y olvidar les conviene a los genocidas, quienes nunca tendrán ni olvido, ni perdón.
Macri te cuenta lindo que la salud debe ser para todos, mientras lanza y pretende ejecutar una formato para que se beneficien los actores privados en detrimento de la estructura pública, y para que, claramente, se establezca una salud para ricos, otra menor para quienes tienen trabajo y otra en el subsuelo para los millones de argentinos que no tienen nada.
Macri es actor principalísimo, y apuesta a serlo mucho más, de esta notoria avanzada de la derecha en las decisiones continentales, cortejando al llamado Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica y a sus mentores del norte y, de paso, boicoteando con una especie de ‘golpe de Estado’ al Mercosur y a su espíritu fundacional de consolidar la integración latinoamericana.
Macri, sonriente claro, no le erra en ninguna de sus medidas en eso de transferir riquezas rumbo al poder concentrado de la economía, del que es su figurita estelar, y en detrimento, obvio, de los intereses populares. No duda en cuadruplicarte por lo menos el costo de tus tarifas esenciales porque, a pesar del dolor en nuestros lomos, no se debe permitir que las empresas privadas de servicios pierdan sus increíbles márgenes de ganancias.
Macri…..Macri….Macri –y que sigan los ejemplos- te muestra los dientes para sonreír, pero te muerde una y otra vez……
‘Tierra, Techo y Trabajo’ gritaron las decenas de miles de laburantes que le dieron forma a la simbólica movilización que le fue a pedir ayuda divina a San Cayetano, pero que terminó copando la Plaza de Mayo para advertirle al presidente que no se conformarán con solo rezarle a Dios, sino que se le pararán de manos a su gobierno para impedirle que avance con sus políticas contrarias a la clase.
Carlitos Cajade soñaba con que más tarde que temprano el cielo se hiciera realidad en la tierra. Y a pesar de su sotana no paraba de militar junto a los trabajadores para conseguirlo por fin.
Sería bueno que Mauricio observe su historia.
Y empiece a poner en su rostro cierta mueca preocupada al entender que no nos engaña.
Y al darse cuenta que NOSOTROS sí soñamos lo mismo que Carlitos.