Una aproximación de la escritora, antropóloga y activista feminista para revista Anfibia sobre el levantamiento de “las gentes” contra el saqueo de la reforma de Gerardo Morales.
Foto: Beto Monteiro.
Residente en Brasilia y en Tilcara, Rita Segato pintó un retrato sobre el conflicto latente en Jujuy a partir de la reforma constitucional del gobernador Gerardo Morales para ceder el control de los recursos naturales al sector privado.
“Mucha de la gente que ha salido a cortar las rutas llegando desde rincones remotos de la Puna, los salares y la Quebrada de Humahuaca, proviene de una línea de ancestralidad continua de por lo menos 1.800 años en las tierras que habitan”. Y lo hacen porque “su confianza en el gobernador de la provincia ha sido traicionada”, describió Segato en la nota “La Conquistualidad Permanente”, un ensayo publicado el 26 de junio en Anfibia.
“Quien vive por allá, en las cercanías de los salares, una de las mayores reservas de litio del planeta, o en Juella, Yacoraite y Tilcara, a pocos kilómetros de los cerros amarillos porque son de Uranio, sabe muy bien que aquel proceso que llamamos ‘conquista’ nunca se ha encerrado, y que así como hablamos de una ‘colonialidad del poder’ como estructura permanente del mundo, también sería posible argumentar que lo que existe es una ‘conquistualidad permanente’, es decir, un despojo de los territorios que no se encierra, un permanente avance expropiador. Y eso es lo que está ocurriendo en la provincia de Jujuy”.
Para Segato, el gobernador Morales, hoy compañero de fórmula de Horacio Rodríguez Larreta en Juntos por el Cambio (JxC), “ha abandonado y pretende hacer desaparecer el campo de lo político”.
Pero “tal intento no tiene lugar en tiempos de democracia, y menos todavía cuando lo político es el resultado de otra historia, de otros pueblos, de otra relación con el cosmos y con la tierra, de otras genealogías y comunalidades todavía enteras, poco intervenidas por la intrusión de las ingenierías de estado, siempre derivativas del poder colonial”.
Así, Morales pretende “criminalizar y reprimir a su voluntad y arbitrio la protesta de la gente”, un gesto traicionero que comenzó al “autorizar la represión a los docentes, que reclaman un sueldo que les permita vivir por encima del umbral de la pobreza. Se despierta entonces el clamor de lo político”
“Se instala entonces la lucha”
La mayor parte de las que hablan en la protesta “son mujeres” y “sus argumentos son convincentes, sensatos, y la lógica de la exposición de motivos es impecable. Hablan todas, y su discurso es deslumbrante en lucidez y clareza. Una vez más podemos decir que, en las comunidades, las mujeres son las sujetas del arraigo, las responsables por la continuidad de los pueblos sobre la faz del planeta”.
La advertencia de Segato es clara: “Un poder provincial totalitario se avecina y, no lo dudemos, afectará a la nación, se expandirá por el país como una epidemia de control político”. Pero es en Jujuy donde “hoy están ocurriendo las batallas que cuidan que la República no perezca”.