El 10 de enero pasado, un pelotón de las fuerzas armadas abrió fuego contra las comunidades mapuches que reclaman la tenencia de tierras ancestrales bajo propiedad del empresario italiano Luciano Benetton, en el departamento de Cushamen, provincia de Chubut. La ofensiva militar se extendió por dos días, y cuentan las víctimas que «reprimieron a mujeres y niños. Se llevaron animales, rompieron las casas y no sabíamos a dónde llevaban a los detenidos». Este hecho no es aislado, sino que se enmarca en un contexto de recrudecimiento de las políticas represivas contra las poblaciones originarias que habitan territorios en conflicto.
Por Juliana Godoy.- Malas Palabras entrevistó a Fernando Jones Hualas, vocero del Pu Lof de Resistencia Cushamen, y a Moira Millán, integrante de la comunidad mapuche Pillañ Mahuiza de Corcovado, sobre la represión en Cushamen, la situación del movimiento indígena a nivel nacional, su resistencia y sus reclamos históricos. Moira también es también dirigente de la Marcha de las Mujeres originarias por el Buen Vivir, en la que mujeres de distintos pueblos indígenas denuncian violencia de género que sufren para callar sus tradiciones y demandas históricas, las consecuencias de la contaminación de la industria extractivista sobre sus cuerpos y sus territorios.
* ¿Cómo empezó la represión en Cushamen?
* Fernando Jones Hualas: El martes 10 de enero aproximadamente a las 7 de la mañana, Gendarmería empezó a avanzar con 3 columnas: adelante estaban los escuderos, atrás venían los que disparaban con escopeta, y Caballería detrás de todo. También habían carros hidrantes. En total había 21 móviles de Gendarmería y más de 200 efectivos. Cuando empezaron a avanzar, cinco peñis (NdeR: peñi es “hermano“ en mapuche) empezaron a tirar piedras para de alguna manera frenar el avance, ejerciendo el legítimo derecho a la autodefensa, hasta que tuvieron que retirarse porque nada pudieron hacer ante tanta cantidad de efectivos. Dos de ellos pudieron escapar tirándose al río y atraparon a 3, que fueron detenidos. Las mujeres se encerraron con los niños, hasta que los gendarmes reventaron las casas e ingresaron por las ventanas y el techo. Las mujeres desesperadas intentaron defenderse como pudieron mientras resguardaban a los niños, pero no sirvió de mucho porque también golpearon a un niño de 7 años en la frente con una cachiporra y esposaron y sacaron a una niña de 11 años. Si le hicieron eso a los niños, imaginense lo que le hicieron a las mujeres. Sin que eso bastara, se llevaron secuestrados los caballos y una vaca con dos terneros que estaba amamantando. La vaca murió de manera sospechosa y fue quemada, mientras que el resto de los animales estuvieron secuestrados 20 días en El Maitén. Cuando un grupo de gente se dirigía al pueblo a retirar los caballos porque tenían papeles, se encontraron en el camino con un camión de la Dirección de Abigeato que empezó a disparar con armas 9 mms contra la gente que venía en la camioneta. A esto se le sumó una camioneta de Compañía Tierras del Sud, la empresa con la que opera Benetton en la Patagonia, llena de policías. No es la primera vez que fuerzas armadas se mueven en las camionetas de la compañía, descargando una lluvia de balas, mientras les cerraban el paso. Cuando llegaron al pueblo fueron detenidos, apaleados y torturados. Una de las mujeres terminó con el dedo quebrado porque cuando la tenían reducida, tirada en el piso y esposada, le pisaron las manos. Al otro día, cuando ya parecía que todo había pasado y esperaban a que liberen a los 10 detenidos, una camioneta de Infantería empezó a dar vueltas alrededor del territorio, prendía la sirena, hablaba por el altavoz, iba y volvía. A las 8 de la mañana descendieron pertrechados con cascos, chalecos y todas las protecciones, y empezaron a disparar con escopetas al grito de “disparen! hay que matar a uno“. El enfrentamiento dejó dos heridos: Emilio Jones, al que le dispararon a 3 metros de distancia y le fracturaron el maxilar inferior derecho; y Fausto Jones Hualas, mi hermano, al que le reventaron el tímpano y tiene coágulos en el cerebro, perdió la audición, le cuesta hablar y mantener el equilibrio.
* ¿A cuándo se remonta el conflicto por el territorio que hoy usurpa Benetton?
* Fernando: Cuando terminó la Conquista del Desierto de Roca, a fines de 1880, las tierras fueron entregadas por el Estado argentino a un grupo de ingleses que financiaron militarmente esa sangrienta y genocida campaña militar. Después Benetton se la adquirió a los ingleses en la década de los ´90, pero el territorio en sí está en conflicto hace más de 100 años. Durante ese tiempo, tanto los ingleses como Benetton fueron apropiándose de varios campos linderos a los que ya se habían entregado a las estancias, modificando mapas y planos para seguir acumulando tierra.
* Moira Millán: Cuando Benetton compra esas tierras, compra un conflicto. Esto es importante porque hoy día, todavía se están dando la venta de muchísimos latifundios que están en conflicto con el pueblo Mapuche. Si no se entiende la historización de los conflictos, estos se van a perpetuar por generaciones y generaciones, porque el pueblo Mapuche no va a renunciar a su derecho. Por otro lado, el desconocimiento de esta base histórica de derecho por los funcionarios mediocres de turno, hace que nunca se termine de dirimir la cuestión.
* ¿Cómo es la situación actual en el territorio?
* Fernando: Ni esta vez ni ninguna de las veces anteriores, la represión alcanzó para desalojar a todas las personas del campo. Actualmente el escuadrón de Gendarmería que se había instalado en El Maitén se habría retirado, según nos informaron organizaciones de DD.HH. que nos acompañan, pero gente del pueblo nos avisa que sigue habiendo presencia de fuerzas policiales en la zona, aunque ya no pasan de forma provocativa por afuera de la comunidad.
LA CUESTIÓN HISTÓRICA
En un pasaje del relato de los entrevistados sobre lo ocurrido este verano, Moira hizo especial hincapié en tratar de entender a fondo la secuencia de sucesos que este conflicto, no desatado ahora, ha venido teniendo a través del tiempo.
La ‘historización’ de ellos y ese peligro mencionado de que el sentido de la lucha vaya teniendo de generación en generación
Aquí la dirigente nos explica la mirada de su comunidad:
* Desde la cosmovisión indígena ustedes sostienen un concepto de propiedad totalmente distinto al capitalista…
* Moira: Directamente (en la cosmovisión indígena) no hay concepto de propiedad. El concepto de propiedad lo instala la cultura dominante a partir del proceso de conformación de los Estados Nación. El principal usurpador de tierras es el Estado argentino, que se ha constituido sobre el territorio de decenas y decenas de naciones indígenas. Y ha tenido que llevar adelante una política genocida para consumar su propósito de erigirse como Estado.
* ¿Cómo se organizaron como pueblo mapuche para resistir los conflictos territoriales?
* Moira: A principios de la década de los 90, las comunidades de Chubut estaban dispersas y desorganizadas. Nosotros empezamos a fortalecer la identidad de las
comunidades, a organizarlas, y ahí empieza todo un proceso de reclamo que fue derivando en recuperaciones territoriales a lo largo de toda la provincia. En ese proceso, los chicos jóvenes que ahora están en el Lof de Resistencia de Cushamen, eran niños que crecieron viendo la resistencia de sus padres. Esto lo cuento porque quiero que se entienda que por más que el Estado criminalice a quienes hoy están dando la voz por el reclamo de esas tierras, esto es una pelea histórica. Mañana serán los hijos de los jóvenes que hoy están resistiendo en el territorio, y pasado los nietos. Esto es una nación reclamando derecho territorial, y todo el tiempo hay renovación de luchadores, de militantes.
* ¿Cómo viven este tipo de situaciones represivas dentro del movimiento indígena?
* Moira: Esta escalada represiva que vivimos en Chubut la entendemos como un laboratorio represivo que se va a extender a lo largo de todo el país. En la Marcha de Mujeres Originarias recibimos denuncias diariamente sobre lo que está pasando en todo el país… Ahora mismo, mientras vos y yo hablamos, acabo de hablar con María Mendoza (NdeR: integrante de la comunidad Qom de Formosa) que estuvo detenida casi una semana junto a su marido por su participación en la resistencia contra la instalación de una planta de uranio en Formosa. O lo que está pasando en Salta con la detención del hermano César Arias, del pueblo Wichi, por la defensa de su territorio. Incluso el señor Mauricio Macri junto a su padre Franco Macri tienen tierras en territorio Wichi, y quieren arrasar con 60 mil hectáreas de monte, y la manera que están encontrando de poder llevar a cabo su genocidio es deteniendo a todos los hermanos que están resistiendo. Todas estas situaciones tienen un sólo mentor: el Estado argentino, que es para nosotros una fuerza de usurpación militar, política y económica sobre nuestro territorio, que favorece el avance de las corporaciones extractivistas, queriendo aniquilarnos en el camino.
* Si bien la política represiva hacia los pueblos originarios excede los diferentes gobiernos, ¿advierten un cambio de actitud a partir de la asunción de Macri?
* Moira: Definitivamente notamos el estallido, la violencia que genera la política represiva de este gobierno, que sin duda viene con una clara decisión de desandar lo que se haya avanzado en derecho indígena, y configurar un escenario represivo en el que puedan justificar la utilización de la Ley Antiterrorista del anterior gobierno para dar garantías a las corporaciones extractivistas.
* ¿Qué lugar ocupa para ustedes la cuestion indígena en la agenda política nacional?
* Moira: Yo creo que hay mucho desconocimiento y analfabetismo político respecto de la agenda indígena, entonces lo que se piensa es que la problemática de los pueblos originarios es una de las tantas problemáticas sociales. Acá hay naciones reclamando su derecho a la libre determinación, no como parcialidades o minorías. Y esto es un debate que el pueblo argentino se tiene que dar con nosotros, porque va a cambiar el modelo de país, porque el pueblo argentino tiene que abrirse al reconocimiento de la plurinacionalidad de este territorio.
* ¿Qué puede aportar el movimiento indígena a la constitución de un nuevo modelo de Estado?
* Moira: Este modelo de Estado es racista, se ha constituido desde la voracidad y la ambición, ha sido completamente eurocéntrico, y no ha hecho un revisionismo de su conducta. Lo que se tiene que hacer es interpelar a todas las estructuras del Estado para primero reconocer que hay una realidad en Argentina que es la pre existencia de muchas naciones indígenas, por lo tanto estamos frente a un escenario plurinacional en donde los pueblos originarios seguiremos peleando por nuestros derechos. Y el Estado tiene que reconocer esa pre existencia, reconocer nuestra actual existencia y ver cómo cohabitan con nosotros. En ese cohabitar vamos a tener que pactar un consenso de cómo queremos vivir, de cómo recuperar ese arte de habitar que tenían nuestros ancestros. Y no lo queremos con minera, no lo queremos con represa, no lo queremos con fracking, no lo queremos con monocultivo. Queremos una armonía con la naturaleza. Mientras esas confrontaciones de matrices civilizatorias se estén dando, vamos a estar siempre en lucha, porque no vamos a ponernos de acuerdo con un Estado genocida, con un Estado que privilegia la muerte antes que la vida.
Así que no se trata sólo de Macri, se trata del gobierno anterior, y del anterior, y del anterior, y así hasta la constitución del Estado argentino. Por eso, en estos tiempos de crisis, donde realmente la asimetría social, ambiental, de derechos se profundiza más, creemos que es una oportunidad para ponernos a conversar ustedes el pueblo argentino con nosotros las naciones originarias, para ponernos de acuerdo hacia dónde queremos caminar, qué tipo de país queremos habitar.
FORO DE PUEBLOS ORIGINARIOS, GENOCIDIO Y ARGENTINIZACIÓN
El próximo 21 y 22 de abril, se realizará en Bahía Blanca el “Primer Foro sobre Pueblos Originarios, Genocidio y Argentinización”. Organizado por el espacio “Marcha de Mujeres Originarias por el Buen Vivir”, se invita a todas las comunidades indígenas del país y a las organizaciones interesadas, a sumarse y participar.
Dice Moira Millán sobre el propósito del evento “Vamos a ir analizando no solamente el genocidio histórico, sino el actual genocidio. Durante la primera jornada vamos a escuchar más de 300 testimonios de hermanos y hermanas de las 36 naciones indígenas de todo el país que nunca jamás han sido escuchados. Ellos traerán los nombres y apellidos de todos sus muertos y muertas, a van a contarnos cómo se produjeron estos asesinatos en los territorios indígenas, y cuáles son las empresas vinculadas a esos crímenes (…). Vamos a hacer un mapa sobre esos conflictos y de estas empresas, dónde y cómo operan. En la segunda jornada vamos a dar la posibilidad de que todas las organizaciones sociales y de DD.HH., puedan construir con nosotros una propuesta, debatiendo alternativas sobre qué hacer frente a esta situación, cómo frenamos el genocidio, y creemos que va a ser una oportunidad histórica, donde por primera vez los pueblos originarios no somos invitados de relleno sino que nosotros los pueblos originarios los invitamos a ustedes a escucharnos, a dar cuenta de esto que está sucediendo, y a comprometernos a construir una alternativa.
Para obtener mayor información acerca de este encuentro, se puede acceder a la página de Facebook “Foro: genocidio y pueblos originarios”.
También al mail forogenocidioypueblosoriginarios@gmail.com