Por Juan Ruocco
@realjuanruocco
Después del intento de magnicidio de CFK, y a medida que avanzó la investigación, supimos que el encargado de apretar el gatillo, Sabag Montiel, no actuó solo sino que contó con la complicidad de la Banda de los Copitos: Brenda Uliarte, Nicolás Carrizo y Agustina Díaz. Independientemente del alcance de la operación del grupo y de la cantidad certera de miembros de la organización, lo que queda claro es que todos estos personajes son resultado de un proceso de degradación social que viene ocurriendo desde hace algunos años y se conoce como “radicalización”. Por lo general, forman parte de comunidades online, sus visiones del mundo están corridas de las formas clásicas del ámbito política y derivan en alguna versión de extremismo.
El primer indicio para vincular el intento de magnicidio con esta corriente radical está tatuado en el cuerpo del primer detenido: el sol negro del codo de Fernando Andres Sabag Montiel, fallido tirador, es un símbolo de la SS creado por uno de los principales dirigentes del Partido Nazi, Henrich Himmler, y emplazado en el mármol del cuartel central de la organización.
En la actualidad, el sol negro corre como un símbolo criptonazi y su intercambio es bastante común entre los usuarios afines la radicalización en la cultura de subforos de internet (4chan, 8 kun, reddit), especialmente en aquellos con temáticas políticas.
Un porcentaje muy menor de usuarios de esos foros o “antros” (así lo denominan los usuarios locales) son abiertamente nazis. Mientras que otros se escudan en el infame “larpeo” palabra que en inglés significa “live action role playing”. Es decir: usan esta simbología y hacen circular estas ideas a modo de “juego”. Sin embargo, estos “antros” no dejan de ser un foco infeccioso para la circulación de «memes peligrosos«, como los llama el filósofo estadounidense Daniel Dennett. Entre estos grupos de memes, los más nocivos son de corte facista e involucran una llamada a pasar a la acción como parte de un rizo de retroalimentación. La violencia contra una persona o un grupo deviene un acto de propaganda para vehiculizar las ideas del grupo.
Los principales representantes de esta vertiente facista memética son Anders Brievik (noruego de extrema derecha que en 2011 asesinó a 77 personas en medio de Oslo, dando inicio a esta tendencia); Brenton Tarrant (auto proclamado eco-fascista etnonacionalista, que en agosto de 2020 atacó dos mezquitas en Nueva Zelanda y asesinó a 55 personas); Patrick Crusius (un veinteañero de Texas responsable del tiroteo de El Paso, que antes de la masacre escribió que «esperaba matar a la mayor cantidad de hispanos»); y Payton Gendron (un tirador de tan sólo 18 años, que entró a un supermercado de Buffalo y mató a 10 personas, al mismo tiempo que transmitía la matanza por stream). Los cuatro repitieron el mismo patrón: replicación de memes neonazis, publicación de manifiesto online y atentando. Todos ellos usaban de una forma u otra el sol negro. El propio Tarrant sostuvo que «los memes hicieron más por el etnonacionalismo que todos los manifiestos juntos».
LA PISTA UCRANIANA
El pasado 20 de septiembre el equipo de investigación política de la revista Crisis publicó un artículo acerca de los indicios que muestran la consistencia de las redes neonazis transnacionales. Señalan las ramificaciones que tuvo toda la gramática neonazi alrededor del sol negro en la guerra de ucrania, más específicamente en el batallón Azov, una división entera del ejército ucraniano con abiertas manifestaciones neonazis. Pese a que no hay un vínculo directo entre el batallón y nuestro país, si se pudieron detectar el uso de sus símbolos en algunas expresiones locales, tanto en Córdoba como en Buenos Aires. De nuevo, el hilo conductor comienza por los “memes”.
ANTECEDENTES EN ARGENTINA
La conexión entre Montiel y los “antros” de internet no está demostrada. Más allá de los indicios como pueden ser los tatuajes, o el consumo de pornografía infantil por parte del acusado, otro de los contenidos que suelen circular en estas redes, es necesario poner la lupa sobre las conexiones entre este discurso memético global y sus apropiaciones locales.
En una nota publicada en Infobae el 8 de septiembre de 2022, el periodista Federico Fahsbender escribió sobre “la nueva amenaza argentina del terrorismo creado en internet“, citando tres casos donde adolescentes fueron detenidos en el marco de investigaciones por amenazas y posibles atentados. Los casos, separados entre sí, manifiestan un fenómeno y presentan conexiones:
P.N.C., un joven de 23 años que en redes se hacía llamar “Depressed Killer” (“Asesino Deprimido”): en su casa tenía fotos de los autores de la matanza de Columbine en 1999. Durante la investigación se descubrieron chats en los que manifestaba intenciones de causar algún tipo de asesinato.
Luego está el caso de B.J, otro adolescente de 19 años que en un foro de 4chan amenazó reiteradas veces con cometer una masacre. El FBI detectó la amenaza y se comunicó con sus pares de la PFA que detuvieron al sospechoso en Grand Bourg. Contaba con algunas armas y parafernalia nazi. Sus mensajes demostraban que creía en una o más teorías de la conspiración.
Por último, un tal J. un joven de 25 años de Santiago del Estero, detenido luego de que escribiera “estoy por hacer la gran Tarrant”.
Podemos sumar a la lista el caso del Centro Cultural Kyle Rittenhouse en la ciudad de La Plata, regenteado por José Derman, un joven acosador de mujeres con graves problemas psiquiátricos que fue detenido por reivindicar el intento de magnicidio de CFK horas después del fallido intento de Sabag Montiel.
A este guiso memético en argentina tenemos que incorporar otros elementos como son el antiperonismo y sus versiones más extremas, terreno en el cual también incursionaron diferentes dictaduras, desde la Revolución Libertadora en 1955 hasta la última dictadura cívico-militar de 1976.
EL RUIDO DEL GATILLO
Si bien no podemos saber los motivos de Sabag Montiel en el ataque, sí podemos percibir los efectos. La fuerte polarización en la esfera pública que seguirá aumentando a partir del fallido suceso, es parte del efecto buscado. Cualquier intento de «prohibir los discursos de odio» sólo agravará el problema. La polarización también es parte del ciclo de reproducción de este conjunto memético.
Por el efecto de la globalización y el flujo de comunicación vía internet era inevitable que este tipo de ideas hagan mella en Argentina. Si llegaron los flat white, los Bagels, los brunchs, y la política de la cancelación, ¿por qué no iba a llegar la radicalización en formato memético posmoderno?