«Seguir con el Problema. Generar parentesco en el Chthuluceno», de Donna Haraway. Traducción de Helen Torres, 2020, Editorial Consonni.
Por Laureana Cardelino (@todas_lasfiestas)
¿Qué lugar tiene la fabulación especulativa en la construcción de nuevos mundos posibles? En este libro la filósofa feminista Donna Haraway propone un trenzado de imaginaciones e ideas desde la biología, la cultura y la política, y habla de la necesidad de tejer una continuidad de multiespecies desde un presente denso hasta un futuro más amable para quienes vengan.
Ser parte de algo más grande es una habilidad y una tarea esencial de todxs. En este ensayo Haraway considera la crisis climática, el surgimiento en el poder de la derecha neolberal en diversos países, y el pesimismo que se puede sentir ante una situación irreversible. Pero ninguna solución hará que el problema se evapore, por eso debemos pensar bien.
Chthuluceno es esa palabra de raíces griegas que nombran un tipo de espacio tiempo para aprender a seguir con el problema de vivir y morir con respons-habilidad en una tierra dañada. Hacia allá vamos, ya estamos ahí.
Haraway trae a la conversación los juegos de cuerdas para pensar una nueva temporalidad, una nueva tierra que baile al ritmo de dar y recibir, nuevos protagonistas de nuevos mundos y sus semillas. Y se pregunta ¿qué historias crean mundos y qué mundos crean historias? Pensemos bien qué historias vamos a contar. Para eso la Ciencia Ficción coexiste y se completa en una nueva creación con el hecho científico. El mundo en tiempos confusos es la tierra buena de la continuidad, la oportunidad para imaginar y crear mundos posibles. Generar parentescos para crear realidades de vida y muerte en verdadera comunidad y comunicación entre humanos y no humanos: “Hagan parientes, no bebés”.
¿Cómo leemos el problema? A través del pensamiento tentacular. La curiosidad como instinto generador de cosas que antes no estaban en el mundo. Experiencias transformadoras de interrelacionalidad en contexto de urgencia en todo aspecto: social, filosófico, político, ecológico; desde una mirada materialista (simpoiesis-generar con), antirracista, anticolonialista, anticapitalista y pro queer. Sembrar mundos para tejer formas de sostener un presente más fuerte, ya que el presente es el tiempo del cultivo, la capacidad de dar respuesta: respons-habilidad.
Lo más hermoso de este libro es el último capítulo, donde Haraway inventa una ficción especulativa de fusión para la supervivencia: Las historias de Camille y las niñas y niños del Compost. Está Ursula Le Guin y la bolsa de historias (dejemos de contar historias fálicas, historias de conquista del héroe con la espada, para desarmar el entramado patriarcal); Vinciane Despret y tantxs otrxs.
Nadie vive ni piensa solo, y de hecho tampoco vamos a morir solxs: nuestros lazos y nuestras historias serán nuestro legado. Si no podemos imaginar un mundo distinto al desorden establecido, moriremos.