El 12 de febrero de 1955 nacía Germán Abdala, histórico referente político del campo popular. Lo recordamos porque sigue presente: su legado aún marca el camino.
Fuente: Revista Acercándonos
Luego de ser ordenanza de un service de computadoras, pintor albañil y vidriero, su amigo del alma, «el tano» Víctor De Gennaro le consiguió trabajo como pintor en los Talleres de Minería del Estado. Juntos recuperaron ATE, la asociación de trabajadores del estado en 1984. Previamente, los dos mosqueteros, habían creado la Agrupación Nacional de Unidad y Solidaridad, militaron en la Juventud Peronista, en la Agrupación Amado Olmo y en Patria Grande.
Participó de «La Renovación Peronista» dirigida por Antonio Caffiero que en los 90s perdió la interna con Carlos Menem.
Dirigente del Movimiento Renovador Peronista, apoya críticamente a Menem hasta los indultos. Integra el grupo de los ocho, y accede a una banca de diputado. Decía por entonces: «…Estamos asistiendo al vaciamiento del contenido transformador del peronismo, porque el peronismo nunca pudo haber dicho como discurso oficial que los males del país son los cuarenta años de dirigismo».
Opositor tenaz a la privatización de Aerolíneas, sostenía con claridad: «Acá la disyuntiva no es estatizar o privatizar, acá es encontrar un proyecto político y económico para que este Estado sirva, que es lo que los sectores liberales no quieren. Un Estado en un país dependiente, que sirve, que cumple su rol, que planifica, que fiscaliza, que dirige, que da asistencia, ubica al liberalismo fuera de contexto porque entonces el liberalismo no puede desarrollar su viejo proceso de acumulación en base a la competencia despiadada, a la política monopólica».
De sus proyectos en diputados resalta la ley que establecía las paritarias para los empleados estatales conocida como ley Abdala, el proyecto de penalización severa de hechos de corrupción, el pedido de suspensión de la privatización de Aerolíneas Argentinas entre otros.
Volvió por última vez al Congreso en silla de ruedas para oponerse a la privatización de las jubilaciones y para apoyar a Pino Solanas a senador nacional por la Capital. De la misma forma asistió al Plenario Fundacional de La Central de Trabajadores Argentinos.
El 13 de julio de 1993, cuando solo tenía treinta y ocho años, y tras una larga enfermedad, moría Germán Abdala. La enfermedad lo había dejado sin visión, pero aún así veía con la claridad que no tienen tantos sindicalistas enriquecidos traicionando a los que pretenden representar. Su generosidad se mantuvo intacta hasta el último momento. Cuando le preguntó a su compañera si era el final y ella le contestó que sí le dijo «- Y bueno Marce, vos tenés el derecho a descansar ahora».
Su cuerpo fue cremado y arrojadas sus cenizas al mar, en Santa Teresita. Chacho Alvarez dijo: «Se fue el mejor de todos nosotros». En realidad, solo se fue de la cancha, y como aquella vez su frase es un legado «Sigan ustedes».