El viaje inútil, de Camila Sosa Villada
Ediciones DocumentaEdiciones Documenta (2022)
Por Laureana Cardelino (@todas_lasfiestas)
En este libro pequeño y objeto precioso, Camila Sosa Villada explora la relación entre su escritura y su vida. Empieza por lo primero que escribe: su nombre de varón. Sigue con recuerdos de su infancia en Córdoba con una madre muy joven y hermosa y un padre alcohólico que les puso para siempre una distancia transformadora cifrada en el abandono. Escenas dolorosas, sensuales, amorosas y dramáticas.
“Escribo para que una historia se sepa. La historia de mi travestismo, de mi familia, de mi tristeza en la niñez”. Son distintos los relatos que se van entrelazando, pero la voz de Camila se escucha dulce y bien plantada. Narra orígenes, como el del saludable vicio de la curiosidad y los tesoros conocidos gracias a la gente que ama la literatura tanto como a la vida o más. Las cartas de amor que los padres se escribían, la desesperación y la relación tortuosa, todo lo que estaba roto frente a sus ojos. Escribe: “La escritura es esa materia pesada del recuerdo que no puede cruzar el tamiz de nuestra memoria.”
Es un libro de memorias de la escritura, una autobiografía y también una ficción, la historia de cómo desde pequeño percibía el mundo, formaba su identidad y descubría a los que la rodeaban, a través de novelas de amor cursis, los primeros cuadernos, los guiones. Se está ante una lectora curiosa, una actriz, una travesti de pueblo y una escritora que afirma que su primer acto de travestismo fue desde la escritura, porque sin ella no habría posibilidad de vivir.
Escribir es también hablar de amor, de los amores de la infancia, de la adolescencia y de un gran amor que se convirtió en decepción o algo más triste. Está esa angustia por la muerte de una amiga y el sentimiento de no poder seguir con este mismo libro. Pero sigue, escribe para esas travestis que conoció de joven, las de su vida y las de la televisión.
Como Marguerite Duras en Escribir, referencia del nombre de la colección a la que el libro pertenece, Camila reflexiona sobre esa práctica y vuelca las convicciones de “alguien que se sienta frente a la computadora para iniciar un viaje inútil, el viaje de lo que está en la cabeza y no puede ser escrito, la vida que no se escribe”. Dice que escribe mal, o que al menos no escribe como le gustaría, pero decide “cometer el error de escribir”, por rebelde, por bancar el error.
Y escribe también el nombre de tres referentes importantes: Wislawa Szymborska, Carson McCullers y Truman Capote. Vale la pena leer las razones por las cuales los elige y vale la pena muchísimo disfrutar del texto precioso, escrito por aquel niño que fue, y que cierra el libro: el texto quemado, salvado del incendio de su casa en su infancia, un poema escrito a máquina con tinta roja.
El viaje inútil, memorias de la escritura como acto fundador. Ensayo sobre para qué, por qué escribir y cómo. Hay que contar esa historia, porque es la historia de una vida y de un impulso: el de la rebeldía de escribir.