El furibundo discurso de Milei en Davos expone la profundización conservadora y la torpeza política que signa la nueva etapa del ideario oficialista. ¿Qué implica la teoría pro monárquica “La Catedral” que obnubila a los libertarios? Opina Tomás Borovinsky, especialista en teoría política y social, investigador del Conicet y docente de la Universidad de San Martín.
Por Nicolás Poggi
Ilustración: Juan Soto
La masiva movilización antifascista y antirracista que surcó las calles de todo el país bajo el esplendoroso sol del verano expuso a la vez dos fenómenos de la nueva teoría política libetaria. Por un lado, las oleadas multi-identitarias de manifestantes dejó en evidencia la torpeza política de la escudería vernácula, que parece ir conociendo el campo minado a medida que lo pisa; y por el otro, ratificó que la profundización del embate conservador parece ser la norma sin importar ni medir las consecuencias.
La línea discursiva del presidente Javier Milei expresada en el Foro Económico de Davos fue refrendada por el propio mandatario días después de la masiva movilización del 1 de febrero, en cumplimiento a rajatabla del decálogo internacional de los experimentos de la ultraderecha del siglo XXI que dicta no hacer concesiones.
Eso es, en definitiva, forzar la máquina de la “batalla cultural”. Podría ser demasiado prematuro para un gobierno como el de Milei, que recién atraviesa su primer año de gestión y que puede seguir sembrando resistencias políticas en distintos sectores sociales, pero así lo establece el manual global que el presidente argentino sigue sin cambiar una coma mientras se saca fotos en Mar-a-Lago con Donald Trump, Elon Musk y su ídolo de la infancia Sylvester Stallone. El juego de un niño trasladado a la presidencia.
Es ese caos la ultraderecha subvierte las reglas de la política tradicional para apretar el acelerador y gobernar con la mira puesta en en el enemigo común, ya sea el Estado de bienestar, el “socialismo” o la agenda woke, que es como la derecha entiende que el comunismo logró travestirse en el siglo XXI.
El experimento libertario argentino mira el movimiento de la derecha reaccionaria internacional y toma nota. “Este movimiento internacional tiene una mirada de lo político, lo económico y también de lo cultural. En el caso argentino, es un modelo de ruptura como nunca con estos 40 años de democracia, como también en ruptura con la elite política que gobernó Argentina desde 1983”, explica Tomás Borovinsky, especialista en teoría política y social, investigador del Conicet y docente de la Universidad de San Martín.
En diálogo con Malas Palabras, Borovinsky hace foco en el rol que ocupa en estos movimientos neo reaccionarios, conocidos como “alt-right” (derecha alternativa).
¿Puede llegar a ser contraproducente pisar el acelerador en la batalla cultural? “En el pasado lo ha sido, y los gobiernos se han recuperado después de haberse pasado. Habrá que esperar y ver. Lo seguro es que si los asuntos materiales y económicos resultan malos, hay poco margen como para estirar el éxito político con batallas culturales, ahí sí creo que hay un límite, pero no diría que esto es contraproducente en ningún escenario. Tanto en el conflicto universitario como en este, a su modo el gobierno no aceleró sino que fue un poco para atrás al desdecirse de sus dichos originales”, advierte Borovinsky.
«Lo seguro es que si los asuntos materiales y económicos resultan malos, hay poco margen como para estirar el éxito político con batallas culturales, ahí sí creo que hay un límite, pero no diría que esto es contraproducente en ningún escenario. Tanto en el conflicto universitario como en este, a su modo el gobierno no aceleró sino que fue un poco para atrás al desdecirse de sus dichos originales”
Tomás Borovinsky, especialista en teoría política y social.
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El pago chico
El reflejo argentino de ese fenómeno es la ratificación gubernamental de su agenda reaccionaria, donde se inscribe la intención de derogar la figura del femicidio del Código Penal. El gobierno persiste en su intención de fulminar, a mediano o largo plazo, las leyes de identidad de género, cupos laborales para travestis y trans, y hasta la paridad electoral en la representación política, entre otros puntos.
Resulta imposible instrumentar muchos de esos cambios sin lesionar al sistema democrático, por lo que no llaman la atención las constantes invocaciones en el ideario libertario a instaurar un nuevo imperio con Milei como gobernante supremo.
Una de las tantas cuentas en redes sociales atribuidas al asesor presidencial Santiago Caputo –principal gurú de Milei en materia de pensamiento y teoría política–, lo explicitó en los últimos días con una referencia cinematográfica. “Ejecuten Orden 66”, se arengó desde la cuenta conocida en X como Milei Emperador, en referencia a la fatal disposición con que, en la saga de Star Wars, el senador Palpatine transformó la República en un imperio totalitario.
Una de las tantas cuentas en redes sociales atribuidas al asesor presidencial Santiago Caputo –principal gurú de Milei en materia de pensamiento y teoría política–, lo explicitó en los últimos días con una referencia cinematográfica. “Ejecuten Orden 66”, se arengó desde la cuenta conocida en X como Milei Emperador, en referencia a la fatal disposición con que en la saga de Star Wars el senador Palpatine transformó la República en un imperio totalitario.
El acervo teórico
¿Dónde abreva esta usina de ideas cuyo uso se advierte tanto en la tropa digital libertaria como en los altos mandos de la Casa Rosada? En teóricos de la “alt right” como Peter Thiel, cofundador de PayPal junto con Elon Musk, influyente miembro de Silicon Valley y hombre de referencia de Trump, y en Curtis Yarvin, un bloguero de 50 años que desde su espacio singular en la Internet desarrolló una serie de teorías y argumentaciones sobre el experimento fallido de la democracia de Estados Unidos y la necesidad de establecer un gobierno de CEOs. Un bagaje teórico conocido en estos tiempos como la Ilustración Oscura.
Una de las principales teorías de Yarvin es conocida como La Catedral. Ese tipo de arquitectura religiosa es entendida para la ultraderecha como una estructura gigantesca que forman los medios de comunicación, las universidades, el gobierno, en definitiva, la producción social y cultural, un bloque mainstream desde el cual se imparte la ideología democrática a la sociedad. Y ese es el gigantesco edificio que los libertarios, como caja de resonancia de la ”alt right”, se proponen derribar para alumbrar a un nuevo tipo de gobierno imperial en el siglo XXI.
¿Está aplicando en Argentina el gobierno de Milei, y la tropa libertaria, la teoría de La Catedral y otras ideas de la alt right? “Milei tiene una formación paleo libertaria anarco capitalista. Proviene de toda una formación vinculada a fundaciones y think tanks estadounidenses anarco libertarios, y sus ideas provienen de dos grandes pensadores de aquella tradición estadounidense: Murray Rothbard y Hans-Hermann Hoppe, un alemán que ha sido discípulo de Rothbard. El pensamiento neo reaccionario es posterior, si bien muchos de ellos, como Yarvin, vienen de cierto pensamiento libertario”, explica Borovinsky.
“De cualquier forma, Milei y los suyos han tenido reuniones con Peter Thiel, que participa de esa constelación de pensadores. A diferencia de lo que hace con Elon Musk, Milei no se saca selfies con Thiel pero se sabe que visitó Argentina en marzo del año pasado y que tuvieron un encuentro cuando Milei había asumido hacía pocos meses la presidencia”. detalla la fuente consultada.
“De cualquier forma, Milei y los suyos han tenido reuniones con Peter Thiel, que participa de esa constelación de pensadores. A diferencia de lo que hace con Elon Musk, Milei no se saca selfies con Thiel pero se sabe que visitó Argentina en marzo del año pasado y que tuvieron un encuentro cuando Milei había asumido hacía pocos meses la presidencia”
Tomás Borovinsky, especialista en teoría política y social.
“También han tenido vínculos los miembros del gobierno con Steve Bannon, que fue una figura muy importante del Trump 1.0 y cuyas ideas siguen muy presentes y han influido en el libertarianismo argentinos, ideas que tienen que ver con lo que Bannon llama la ‘deconstrucción’ de la administración federal. Un viejo sueño de parte del Partido Republciano, del ala más radical, y de los libertarios, y eso está ocurriendo en Estados Unidos en este momento, con el Trump 2.0, y uno ve eso en Argentina. Hay una afinidad de época con la ‘destrucción del Estado desde adentro’, como dice Milei”, concluye Borovinsky.