José María Barbano.-¿Cuándo volveremos a ver la estrella de Belén?Si se trataba de un cometa… los cometas siempre vuelven. Según dice el Evangelio de Mateo, los tres sabios de oriente seguían una estrella; es lógico pensar que seguían la marcha de un cometa.
Pero los astrónomos modernos han calculado que por aquel entonces no circulaban cometas. Lo más cercano fue el paso del Halley en el año 7 antes de Cristo. Demasiado fuera de tiempo.
LA CUESTIÓN DE LA FECHA
Cuando se intentó fijar la fecha del nacimiento de Jesús, hubo una diferencia en los cálculos. Entre otras cosas, porque en Europa no se conocía el uso del cero. De allí la importancia que tiene encontrar un fenómeno celeste, extraordinario, que la cultura de entonces pudiera atribuir al nacimiento de un rey o personaje importante.
El evangelista nos cuenta la aparición de una estrella que llama la atención y guía a tres hombres, sabios y poderosos, hasta el lugar del nacimiento.
Los astrónomos modernos sugieren que el acontecimiento podría identificarse con una extraordinaria secuencia de conjunciones que tuvo lugar entre los años 3 y 2 A.C. Saturno con Mercurio, Saturno con Venus, Venus con Júpiter y Venus con Mercurio. Después, de nuevo Júpiter con Venus, tan cerca esta vez, que pudieron parecer uno solo a simple vista. Según explican, finalmente Júpiter se detuvo en la constelación de Virgo. Visto desde Jerusalén, quedaba directamente en dirección de Belén.
SIGNIFICADO MÍSTICO
Sea cual sea la explicación astronómica, no vamos a complicarnos demasiado a la hora de adornar el vértice de nuestro arbolito. Porque el evangelista no se preocupó por la estrella sino por su significado.
La creación comenzó con la luz. Con la luz se pudo ordenar el caos inicial y comenzó la vida. A San Mateo le pareció maravilloso encontrar una luz nueva en el inicio de la nueva etapa de la historia. En el caos moral de la época aparece una luz para un nuevo estilo de vida.
Más aún. En realidad la luz del cielo fue sólo un reflejo de la luz que ya estaba en Belén. Era el niño recién nacido, que sería reconocido como la luz que vino a iluminar al mundo.
San Lucas – que según Dante describía “la ternura de Cristo”- nos cuenta de María llegando al templo con el recién nacido. Allí es proclamada la portadora de la “Luz que ilumina a las naciones y gloria de su pueblo.”
Cuando los Magos llegan a Belén entienden que la estrella estaba en el pesebre: “la estrella se detuvo en el lugar donde estaba el niño”.
EL REGRESO DE LA ESTRELLA
La seguridad de la brújula y nuestro gps nos obvió la necesidad de avanzar mirando las estrellas, como era la costumbre de navegantes y caravanas del desierto.
La estridencia de las luces urbanas y la maraña de nuestras autopistas nos llevan con seguridad a puntos ya predeterminados.
Quizá algún día vuelva la estrella de Belén para invitarnos a recorrer un camino nuevo. Quizá hoy mismo se encuentre brillando en el cielo una luz distinta y sólo espera que alguien levante la mirada y descubra la grandeza que puede haber en la insignificancia de un recién nacido y un pesebre.