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Nota publicada el 30 / 06 / 2023

La novela lésbica argentina que queríamos leer

Cris y Cris, de María Felicitas Jaime

Editorial De Parado (2023)

Por Laureana Cardelino (@todas_lasfiestas)

Una novela de lesbianas a principios de los 90 en Buenos Aires. ¿Cómo puede ser que no hayamos podido leerla antes? La reedición de Cris & Cris, de María Felicitas Jaime, es el acontecimiento literario del año. Publicado originalmente en 1992 en España por la editorial Librería de mujeres, quedó como un tesoro al que recién en el 2023 podemos acceder en Argentina, gracias a la editorial De Parado. 

La autora fue escritora, periodista, lesbiana, feminista y una de las primeras mujeres integrantes de la CHA. Con estos datos entramos a la lectura de un libro fascinante que presenta una trama de amistades, romances, trabajo, linaje… y todo entre mujeres, porque prácticamente no hay personajes masculinos (y tampoco hay niños). Mariana, la narradora, Rox y Cris son un equipo de periodistas independientes y fundadoras de El Pasquín, un medio prestigioso y con una postura política declarada: “un día dije o nos asumimos o no somos ni mujeres ni lesbianas”. Allí trabajan, conversan y discuten. Han sobrevivido a la dictadura escribiendo y siendo lesbianas en clandestinidad. 

Con humor y un lenguaje muy actual, la protagonista y sus amigas se mueven en la ciudad siempre calurosa, plana, despierta y llena de bares, comidas y plazas. Buenos Aires se siente como parte del cuerpo, y se la recorre y extraña como a una amante de la que no se puede escapar.

Luego de años de intentar enamorar a Cris (de 50 años), y de muchas amantes, Mariana (de 35) conoce a la segunda Cris, una abogada bellísima y heterosexual de 42 años, dueña de un estudio y de un campo, que le mueve el piso al instante. Comienza una historia de amor y deseo. Surge la pregunta “¿y cómo se construye una relación entre mujeres?” que habilita un tira y afloje lleno de escenas eróticas y conversaciones necesarias: ¿qué es el amor? ¿qué es el deseo?, el miedo a la entrega, a que el amor no se sostenga o sí, justamente, a su permanencia o por qué ese amor no se puede mostrar. Y lo que las hace diferentes es lo que las mantiene en conversación: la clase social, el carácter y las costumbres, vivir con pautas para todo o en el desorden más libre y entregada a la fiaca. 

El trabajo reclama presencia, hay que escribir sobre la crisis en Yugoslavia, hay que chequear que la amiga esté bien, y también los celos cobran protagonismo. El alejamiento al campo es un imán que atrae tanto como repele, y las vacaciones no logran despegar el calor y el olor del nuevo amor. 

El sexo entre ellas es puro goce y eso se celebra, es una militancia. Todo lo que se lee sobre estas amigas/ amantes/ compañeras que viven su vida con una lógica muy alejada del mundo heteronormativo, las hace reales y podemos reconocernos en muchas frases y actitudes. Es una novela que retrata con precisión la dinámica de las relaciones lésbicas, las nuevas formas que practican, la manera de hablar y de vivir de hace 30 años, que sorprendentemente resulta tan actual.

Amistad, erotismo, admiración, compañerismo, amor platónico, dependencia emocional y protección entre pares. En la calle, en la intimidad, en bombacha y tomando whisky, durmiendo juntas, enojadas, haciendo el amor o comiendo medialunas, todo se comparte: las mujeres de esta novela son personajes sólidos, viven en su presente, se contradicen, se preguntan “¿en quién confiar en este fin de siglo? ¿sirven los esfuerzos individuales? Mi lucha por la paz… ¿servirá de algo?” “¿El amor está atrás del deseo o adelante? Muerto el deseo, ¿qué pasa con el amor?”. Escapan de y a la vez buscan verdades para sostener y practicar, aunque no sean permanentes. Por eso el final emociona, abre posibilidades, nos deja pensando y sintiendo esa felicidad que parecía tan lejana.

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