El dólar barato es consecuencia de una fuerte intervención estatal. La distorsión monetaria modifica los paisajes económicos para una parte de la sociedad que, en el inminente verano, tendrá accesible las playas de Brasil mientras, a nivel doméstico, se desploma la economía real. Opinan los economistas Noelia Abbate y Ricardo Arriazu; y Maria Castiglioni de la consultora C&T.
Por Luciana Glezer